La nueva amenaza contra mexicanos
Una vez más, Donald Trump ha aplicado una trumpiana. Nada raro, pero sí algo que el gobierno mexicano debió anticipar cuando cedió de la manera en que lo hizo frente a la amenaza de los aranceles.
El inusitado despliegue de fuerzas federales para contener la migración centroamericana que ha comenzado a producir imágenes y situaciones de persecución y violencia ha sido celebrado por el presidente estadunidense, que tardó menos de una semana en elevar la apuesta.
Anunció el inicio —más bien el reinicio— de operativos masivos de deportación de migrantes sin documentos al interior de Estados Unidos; una llamada de la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes hizo que Trump aplazara la decisión dos semanas para que los legisladores cambien las leyes migratorias, la de asilo y otras, que según él facilitan la permanencia de migrantes en Estados Unidos.
La reforma migratoria que Trump quiere es una que todos los presidentes recientes han intentado de una u otra manera sin éxito. Ya veremos qué pasa en las próximas semanas, pero sería un milagro si los demócratas le regalaran ese triunfo a un presidente en campaña para la reelección.
La amenaza de Trump es, por supuesto, contra mexicanos. Contra los cuatro millones y medio de paisanos que viven en Estados Unidos sin documentos. Son ellos quienes han vivido con miedo estos dos años y serán ellos los principales afectados con los operativos.
El problema es que ahora, a diferencia de otros momentos, el gobierno mexicano difícilmente podrá decir mucho. Con qué autoridad podrá levantar la voz si comienzan las detenciones y deportaciones cuando el gobierno mexicano está haciendo lo mismo con los centroamericanos.
El presidente escribió en su Plan Nacional de Desarrollo que ahora no se trabajaría en Estados Unidos para influir en cambios a la ley migratoria, por lo que un proceso que afecta directamente a los mexicanos no incluirá la voz de su gobierno. Y habrá que ver si con la promesa de convertir a cada consulado en oficinas “defensoras de migrantes” se dan abasto.
Y, por cierto, después de este episodio, vendrá otro, y otro. Así dos añitos más.
@puigcarlos