Por Oscar Díaz Salazar
Reunidos para conversar, a pocos días de haber concluido una alta encomienda en el servicio público, el ex colaborador se atrevió a decirle, a su ex jefe y amigo: “siéntate bien, te ves bien joto”, esto por la postura de pierna cruzada que utilizan las mujeres, los gays y los señores de antes.
El personaje en cuestión reviró muy sorprendido, “siempre me he sentado así, porque no me dijiste eso cuando estábamos en presidencia”. Agregó el personaje de la pierna cruzada: tú eres mi amigo, ¿porque no me dijiste que se veía mal?
Les platico esta historia para comentarles que el contundente triunfo del PAN en las elecciones para renovar el Congreso del Estado, puede resultar muy perjudicial para el titular del Poder Ejecutivo, si llega a creer que es infalible y cuenta con la aprobación y simpatía de todos los tamaulipecos.
El carro casi completo que consiguió el PAN, evitó la llegada de actores políticos, de la oposición, que estuvieran dispuestos a decirle al Gobernador que se sentara bien, que se portara bien y que gobernara bien.
Es sabido que ninguno de sus colaboradores, ninguno de los ayudantes del Gobernador Cabeza de Vaca se atreve a contrariarlo. No hay quien se atreva a expresar una opinión diferente. Nadie de su Staff es capaz de decirle lo que está mal, lo que puede mejorar, lo que debe corregirse.
Hasta los colaboradores que lo han acompañado por muchos años y a los que dispensa trato de amigos, tienen temor de discrepar o simplemente plantear los problemas que encuentran en la oficina o en la tarea que les fue asignada.
Los hombres de poder necesitan consejeros que estén dispuestos a mostrar la realidad en toda su crudeza. Asesores o secretarios, (que guardan secretos) que adviertan de los errores y las malas desiciones del gobernante o de sus colaboradores.
Desde los tiempos de la Antigua Roma, la historia consigna que en los desfiles triunfales de los Generales victoriosos, marchaba también un siervo para decirle: “Recuerda que eres mortal”
En estos días, con la euforia del triunfo en las elecciones y cuando se juega con tentaciones dinasticas, Cabeza de Vaca sigue necesitando el amigo de verdad, dispuesto a recordarle que es mortal y a sugerirle que se siente bien.