El Congreso texano
El Fogón
Por: José Ángel Solorio Martínez
Hasta este fin de semana, el PAN de Tamaulipas, puede presumir en sus filas a ocho diputados de los 21 de mayoría que alcanzó en la reciente elección, que viven o nacieron en Estados Unidos de Norteamérica. Unos, optaron por la residencia en Texas, por la inseguridad; otros por que les fascina el primer mundo y algunos más porque quieren estar al tanto de sus inversiones en el vecino país.
Por angas o por mangas, ese octágono de legisladores que harán leyes para los tamaulipecos, se sujetarán a otras leyes –las texanas– y no a las que ellos delinearán.
Así es: el parlamento de esta región de México tendrá un 30 por ciento de residentes extranjeros.
¿Exageración?
¿Fake News?
Nada de eso.
Es la mera neta.
Desde Nuevo Laredo, pasando por Reynosa, Río Bravo, Matamoros, Valle Hermoso, hasta llegar a Ciudad Victoria, texanos representarán –al menos eso es lo que ellos presumen– a ciudadanos tamaulipecos.
En la parte de Tamaulipas que los nuevoleoneses presumen sigue siendo de ellos, el ganadero Manolo Canales diputado azul, tiene su mansión en Laredo, Texas en uno de los fraccionamientos más exclusivos. Su familia allá desarrolla su vida y sus hijos estudian en colegios laredenses.
En Reynosa, el diputado Javier Garza Faz, mora en Mission, Texas. Desde hace años, ha hecho su vida allá; sólo visita la ciudad que ahora representa en el Congreso, cuando atiende negocios o asuntos políticos de la ciudad. Es uno de los políticos que la inseguridad, echó en corrida.
Otro legislador que tiene su domicilio en Mission es Alberto Lara. Su accidentada estancia en el Sindicato de maquiladoras lo hizo marcharse a Texas. Su confortable estancia en tierras texanas, lo refinó tanto, que en campaña por los incendiarios calores se desmayó varias veces en sus recorridos de campaña en colonias populares.
Río Bravo, también tiene su diputada texana. Roxana Gómez, vive desde hace más de una década en Mission. Todos los días cruza a dormir a su patria chica. Adquirió su residencia por las inversiones que realizó en aquella ciudad. Cuando se le hace complicado regresar a Mission, pernocta en Reynosa. Eso hace incierto su futuro, toda vez que el panismo local la repudia y tiene sus ojos puestos en otros cuadros para responsabilidades futuras.
En Matamoros, Héctor Escobar, el ex Secretario de Educación de la administración estatal tiene lustros residiendo en Brownswille. Esa falta de arraigo, lo tiene en vilo: apenas ganó por unos 300 votos de diferencia. La otra legisladora gringa, es Ibet Bermea, esposa de Carlos García Secretario de Desarrollo Económico del gobierno estatal. Junto a su familia, ocupa una residencia en la vecina ciudad texana. Es otra diputada electa, con escasa tierra matamorense.
En Valle Hermoso también hace aire. Patricia Palacios, legisladora electa por ese distrito, vive en Bronwnsville y en Mission, en donde tiene negocios e inversiones. Vive con su familia en esas ciudades.
La que se lleva, todas las palmas es ni más ni menos que la diputada electa Pilar Gómez. Nacida en Mc Allen, Texas –ella lo reconoce cándidamente– vivió en Reynosa y “trabajó” en el Congreso local tamaulipeco en el área de “investigaciones” legislativas.
Nunca en la historia del parlamento local, Texas había tenido un grupo parlamentario tan nutrido y tan patéticamente orgulloso.
Pilar es quien más violentamente conculca la Ley. Nacida en USA, contraviene la Ley de Nacionalidad. La doble nacionalidad es un derecho, cierto. Pero, lo que también es cierto, es que debió haber presentado un Certificado de Nacionalidad para participar como norteamericana-mexicana en un cargo de elección popular.
(Si hubo o no hubo, inconformidad por parte de afectados e interesados, es otro asunto. El irrespeto a la norma jurídica ahí está).
Sería interesante saber, cuando tomen protesta esos legisladores, ¿que Constitución jurarán cumplir?..
¿La de allá, o la de acá?
Es de imaginarse: falsearon su lugar de residencia, la mayoría de los ocho; los menos, negaron su verdadera nacionalidad.