Columnas

¿Ciudadanos modelo?

JOAQUÍN LÓPEZ

Este día termina el plazo para el pago con descuento de los derechos vehiculares, placas y otros trámites en la Oficina Fiscal de Tampico, luego de seis meses de promoción que, a decir del jefe de esta dependencia, Luis Alonso Mejía, de manera increíble no fue suficiente el tiempo para algunos ciudadanos.

Y es que justo a dos días de que terminara la promoción del 20 por ciento de descuento concedido por el gobernador del estado, llegaron personas confundidas señalando que se dio muy poco tiempo y no alcanzaron a juntar dinero.

Aquí es donde entra la discusión y el dilema del buen ciudadano, aquel cumplido que hasta se siente bien consigo mismo por tener todos sus trámites al corriente, y aquellos que no quieren salir de su zona de confort, que quieren la vida fácil, donde se puedan brincar las reglas.

Por muy simple que sea, es total decir que un trámite burocrático puede definir a un ciudadano, diferenciarlo de uno bueno y otro malo, así como a los doble moral.

Luis Alonso Mejía pone un ejemplo: “Cuando vas a hacer el trámite de la Visa, para cruzar a los Estados Unidos, el ciudadano hasta lleva papeles de más para lograr, a como dé lugar, conseguir ese pase de entrada a la unión americana contestando todo lo que preguntan de manera honesta y real, porque saben que los estadounidenses no se andan por las ramas”.

El señalamiento es: “¿Por qué no podemos ser igual de honestos para un papeleo como este en la Fiscal?, ¿por qué solamente en ciertos trámites tenemos que ser buen ciudadano?, cuando alguien va a querer cobrar un cheque al banco, se tienen que cumplir con los requisitos obligados para ello. Hay veces en que queremos sacar ventaja de ciertas situaciones”, expresa el jefe de la Oficina Fiscal.

Y eso se nota en todos los momentos de la vida cotidiana, lo vemos en acciones tan vitales como formarse en una fila. La molestia que genera el hecho que alguien más quiera abusar de otros y ponerse hasta adelante sin haberse tomado el tiempo, como todos los demás, de esperar su turno.

Aquel ciudadano que se molesta porque en su calle y colonia se generan inundaciones y le echa la culpa al gobierno, cuando él diariamente tira en la banqueta un papel, una bolsa, que al llover es arrastrada al drenaje y se bloquea.

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