Columnas

Alto, niños trabajando

Por: Erick Vargas

El pasado miércoles se conmemoró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil; las conciencias se alertaron, “¡los niños no pueden trabajar, hay que hacer algo!”

Los políticos, ya sabes, blah, blah, blah, bleh, bleh, bluh: Que la comisión de esto, que el proyecto otro, que los otros no hicieron nada, bleh. Como el día de la mujer, como el día del medio ambiente, reflexiones con cifras de escalofrío. Vamos a ver México, y luego las utopías: la organización World Vision México manifestó que en nuestro país existen 3.2 millones de menores y adolescentes, de entre 5 y 17 años de edad (Milenio 12 de junio 2019) *la 4T se relame sus bigotes*.

Es una violación a los derechos de los infantes y jóvenes, ¿pero qué es lo que genera que la inocencia se pierda en la necesidad de volverse parte de la población económicamente activa (PEA)?

Un valor a tomar en cuenta es la desocupación de los que están en el rango oficial del PEA: según las cifras del Inegi la tasa en México es de un 3.5% tomando en cuenta el rango de 56 millones 38 mil 471 personas, es decir, poco menos de 2 millones de personas.

La palabra más cruel de nuestro lenguaje es “pero”, y es la que sucede a estos datos. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), cerca del 50% de los mexicanos perciben entre uno y tres salarios mínimos; es decir, entre 2,220 y 6,661 pesos al mes, según datos de 2018.

Un 14.1 por ciento, con equivalente a un salario mínimo, encontrando que al momento de la encuesta aún no se daba el incremento a 102 pesos (170 en ciudades de la frontera con Estados Unidos). Aquí se justifica la controversial beca a niños y jóvenes estudiantes, claro, mientras se evite el clientelismo y se fijen medidas rígidas de desarrollo personal y educativo.

Sin embargo (sí, otro pero) una familia percibiendo 2 mil 200 pesos mensuales, pensando que solo trabaje uno, que sea mamá o papá soltero (luchones), puede ser una limitante para pensar en otra cosa que no sea la supervivencia.

El asunto de los niños trabajadores requiere ser parte de un plan integral y transversal, porque es la inercia de la economía del país, lo demás es puro rollo.

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