Columnas

Lo que aprendí de Claudia Sheinbaum

Vivo en una ciudad donde sabemos muchas cosas que otros, en otras ciudades, no saben. Sabemos que tenemos un semáforo volcánico por si algún día el Popocatépetl se encabrona y, por fin, quedamos todos bajo su lava.

Sabemos identificar y distinguir la voz de quien desde un altavoz nos avisa de un temblor y sabemos adónde correr, y distinguimos esa voz de la que nos quiere comprar colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo. Sabemos cómo desalojar nuestras oficinas e ir a un lugar seguro, que si tenemos coche, hay que verificarlo, qué mes nos toca hacerlo, y estar pendientes de qué día circula, cuál no, y sabemos del ozono e “inversiones térmicas” mejor que algunos estudiantes de prepa en sus clases de química y biología. Experiencia inacabable la de vivir aquí, esta semana aprendimos algo nuevo: la diferencia entre PM2.5 y PM10. Yo voté por la científica Claudia Sheinbaum, pues ahora toca aprender. Resulta que ese humo que cubrió la ciudad en los últimos días y que, nosotros tan burros, pensábamos podía ser peligroso respirar, pues no exactamente. Es que era un humo de PM2.5 y no de PM10. ¿Van cachando? “PM”, también aprendí en estos días, gracias a Sheinbaum, que quiere decir para estos menesteres “partículas menores”. No es que sea la tarde o la noche. Entonces, lo de PM2.5 sí es peligroso, pero no como el mucho ozono, por ejemplo, que desata una contingencia ambiental, concepto que, por cierto, dominamos los chilangos mejor que muchos habitantes de otras latitudes. Mientras nos asfixiábamos un poco en estos días —aprender nunca es sencillo—, la científica nos explicaba hasta el cansancio cómo la contingencia, que algunos insensatos exigían, era para las otras PM que no eran estas PM con las que no sabemos cómo lidiar, aunque nos asfixien. Al final, estamos en contingencia, y como bien lo aclaró Sheinbaum, no porque unas PM que no son las PM correctas fueran muchas, sino porque el ozono, sí, ese viejo conocido, se acumuló y pues ya con las otras PM, pues ahora sí. También aprendimos mucho de un estilo personal para lidiar con la inquietud de la ciudadanía. Gracias, Claudia. Los chilangos ya sabemos más.

@puigcarlos

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