Agua, la prioridad sobre el voto
Por: Victor Hugo Durán
Se acabaron las campañas de los partidos políticos que buscan tener representación en la próxima legislatura del Congreso de Tamaulipas. Mucho discurso, fiesta, sonrisas, propuestas y una cantidad industrial de promesas de todo tipo vimos en 45 días que se fueron rápido, casi como una urgencia para pasar este trámite que en la sociedad terminó siendo muy engorroso.
A la par, muchos temas de mayor relevancia y trascendencia para el ciudadano común y corriente se fueron generando, entre ellos la atención médica y sus recortes, pero particularmente y ante la temporada que se vive de intenso calor, la baja del agua tanto del sistema lagunario del Champayán, en Altamira, como del Chairel en Tampico.
El estiaje no ha perdonado, en ambos casos es menos de 30 centímetros la diferencia entre los niveles actuales de los vasos lacustres y el límite crítico, por lo que las dependencias en los dos municipios piden racionar el uso a la población, más cuando el equipo de bombeo es afectado al taparse de lodo o basura, algo que ya sucedió.
La iniciativa privada tiene años advirtiendo que llegaríamos a esta condición si no se hacía la inversión en tapar el Camalote, donde se fuga el líquido a la costa, mejorar el equipamiento y que las plantas tratadoras funcionen correctamente. Tres temas que la autoridad no ha respondido. Pero esto, en lugar de aplicar un plan emergente, ha sido tomado por el Gobierno de Tamaulipas de bandera política para arremeter contra el Federal, con la trillada frase de que “no nos han mandado los recursos”.
Entonces ¿dónde está la capacidad de gestión, de diálogo, de tocar puertas, de insistir una y mil veces de la necesidad de invertir en esta infraestructura? Hoy se enfrenta esta problemática y lo único inmediato es pedir que Tláloc se apiade y nos inunde los vasos de captación, porque no existe otro plan.
El agua es útil para la vida de la población, pero tiene mayor trascendencia para prestadores de servicios, comercios e industria. Por eso, los habitantes prefieren este abasto que ir a votar, esperando que no les falte como en Ciudad Victoria, donde a su alcalde Xicoténcatl González se le acabó el argumento para justificar su carencia.
¿A eso queremos llegar?