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México de vez en cuando…

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Metidos en la guerra por los votos, apasionados de verdad, millones de tamaulipecos en este momento no vemos más allá de nuestras narices, el tema en el café, en la familia, y hasta con la vecina o el vecino es quien gana la elección municipal o distrital, luego se habla de las transas de los candidatos, la facilidad con que traicionan hasta a su propia familia, y siempre de cosas parecidas.

Cierto, la lluvia sustituyó el tema, las inundaciones, los peligros y luego los baches serán para otros de tres o cuatro días pero se va a regresar con los aspirantes a gobernar en las presidencias municipales o ser parte del Congreso apenas se sequen los lodos.

Es bueno, desde luego, que la gente se involucre con sus candidatos, que vaya a la calle en busca de votos, que participe para que pueda formar parte de los gobiernos, ó, por lo menos, pueda exigir que se cumplan las promesas.

Igualmente es un beneficio que la sociedad se quite el estrés de la vida diaria para que pueda ilusionarse 45 días de campaña, y por qué no, por un mejor gobierno desde el municipio donde habita o porque se puedan hacer mejores leyes en el Congreso.

Lo que no se puede permitir es que pasen muchas cosas por boba, que dejemos que nos mientan con mucha facilidad, que intenten vendernos espejitos a precios de oro… y los compremos.

De que se trata, de que son tiempos de medir y contrastar las propuestas de los candidatos con el objetivo de que los vendedores de ilusiones no vayan a tener en sus manos el futuro de todos nosotros, ni siquiera parte del mismo.

Si, se trata de buscar candidatos serios de propuestas firmes y realizables, que puedan desmenuzar su programa de gobierno y lo explique con pesos y centavos, se puede lograr, pero para ello se requiere que todos tengamos los ojos bien abiertos.

Vamos a dejar la pasión en casa y enfriar un poco la cabeza, el caso es que tenemos que ver el programa de gobierno de los candidatos para conocer cual es posible de realizar y cual se diseñó solo en busca de cazar bobos, de obtener votos con el menos esfuerzo posible.

Busque entre todos los encampañados a quien sea calificado como decente, a quien no traicione sus ideales, lo primero, la decencia, porque solo con personas de solvencia moral gobernando se puede cambiar nuestra situación, y lo segundo porque si una persona es capaz de traicionar a un partido que le dio a ganar en sueldo unos 30 millones de pesos en los últimos 20 años, más lo que puedo rasguñar de los presupuestos, pues es obvio que por su voto, al paso del tiempo, le dará una mentada de madre.

El caso es que tenemos que alejarnos un poco del “¿quién ganará?” para adentrarnos en el porqué ganará, en el quién merece ganar, y para ello debemos analizar cada candidato o candidata, ver sus planillas, checar su pasado, revisar que ofrece en el presente, y luego de eso, de razonar un poco, decidirse a votar e ir a la urna.

Le repito, no son tiempos para jugar a las adivinanzas o las especulaciones de quien ganará, son tiempos para sumarse a un partido o a un candidato, en el que usted confíe, dígales a sus vecinos las bondades que le conoce, escuche a sus vecinos sobre lo que saben y han visto de los demás, cruce información y decida.

Es bueno apasionarse y participar, pero es mejor hacerlo con la conciencia de que vamos por el futuro de nuestros hijos, de nuestra familia y el propio, de ahí debemos de partir, de tratar de evitar que caigamos en las garras de un saqueador, peor aún, de uno de esos polítiquillos que son capaces de vender hasta a su madre.

Falta muy poco para la elección del 7 de julio pero son los suficientes días para que usted elija bien, para que se decida a votar, para que lo haga por una persona decente, por principio de cuentas, y no es difícil, son muchas propuestas y un solo puesto, así que tiene para elegir.

México de vez en cuando se nos sube a la cabeza, pero siempre lo tenemos en el corazón, hoy necesitamos pensar en el país, necesitamos reflexionar en nuestras familias, en nosotros, ya es tiempo, y decídase, acérquele votos a sus candidatos no permita que nos gane la apatía ni los malos, el caso es que triunfen las buenas ideas.

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