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Recluyen a viuda negra por un triple homicidio

POR CARLOS JIMÉNEZ

Berenice Alanís “N” pasó de ser la empleada doméstica de la casa, a la esposa y heredera de un empresario dueño de edificios, negocios y una colección de autos de más de 20 millones de pesos. Pero ahora, está presa en Santa Martha Acatitla… es la principal sospechosa de organizar el asesinato de su esposo y de los dos hijos de él.

El motivo, de acuerdo con las indagatorias de la Procuraduría General de Justicia de la ciudad (PGJ): su esposo descubrió que le fue infiel, primero con su hijo y luego con uno de sus empleados, y la sacó del testamento. En venganza, ella ideó un plan para asesinarlos.

Es la historia detrás del triple homicidio registrado los primeros minutos del viernes dentro de un gimnasio Muscle Factory Gym, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Esta registrada dentro del expediente CI-FGAM/GAM-3/UI-1S/ D919/04-2019.

Jacobo Quezada era el propietario de este negocio ubicado en la colonia Residencial Zacatenco. Un empresario de 51 años de edad, dueño de edificios, locales comerciales, terrenos y organizador de palenques en Hidalgo y Ciudad de México.

Tenía dos hijos Patricia y Jacobo. Ella, de 26 años encargada de la administración de los bienes de su padre. Él, cumplió 25 apenas la semana pasada; estudiante de derecho en la Universidad Anáhuac, y jugador de futbol americano.

En 2003, el empresario contrató a Berenice Alanís para que fuera su empleada doméstica. Al poco tiempo inició una relación con ella y se casaron.

Las autoridades saben que vivían en Pachuca. Allá, el hombre rentaba bodegas, terrenos y también tenía un gimnasio. Han hallado fotos en las que aparecen juntos el empresario y la mujer, en Time Square, en Nueva York, en fiestas y reuniones familiares.

Sin embargo, comenzaron a tener problemas cuando, según los testimonios, Berenice Alanís tuvo una relación con Jacobo hijo y su padre la descubrió.

Pero no fue la única: tiempo después supo que le fue infiel con un entrenador de su gimnasio en Pachuca.

Por eso, aseguran los testigos, la sacó del testamento y comenzó a darle menos dinero.

El jueves por la noche Berenice llegó al gimnasio de la GAM y le ordenó al gerente que le pusiera una rutina de ejercicios, lo cual no era común. Después lo alejó de la entrada y lo llevó al segundo piso del gimnasio mientras hablaba con el manos libres de su teléfono.

Entonces llegaron las personas que cometieron el triple homicidio. Las autoridades la enviaron ayer al penal femenil de Santa Marta. La acusan de ser autora intelectual del crimen. Aun buscan a dos personas más.

Fuente: Contra Replica

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