México también rechaza a los migrantes
POR: LEOPOLDO GÓMEZ
onald Trump puso otra vez a la migración como el principal tema de conflicto entre México y Estados Unidos. Es muy probable que a medida que su campaña de reelección avance, la controversia crezca y termine convertida también en un asunto de peso en la política interna de nuestro país.
México es una de las naciones con mayor rechazo a la migración, según el Índice de Aceptación a la Migración de Gallup 2017. La encuesta publicada la semana pasada por El Universal confirma dicha aversión: dos de cada tres participantes están contra que se permita el ingreso de migrantes al país o de que se les brinde refugio. Y como un dato aún más significativo, este rechazo prácticamente se duplicó desde octubre pasado.
Varios factores explican la creciente animadversión. El primero es el aumento del flujo de migrantes. El Pew Research Center muestra que la migración de centroamericanos a Estados Unidos va al alza y el Instituto Nacional de Migración señala que las detenciones de centroamericanos en México —indicador del flujo migratorio— se han incrementado desde 2017.
Otro factor es la permanencia en México de un mayor número de migrantes, incluso con la intención de asentarse aquí. Así lo sugiere el estudio del Colegio de la Frontera Norte sobre la caravana de migrantes centroamericanos en Tijuana (2018-2019) y así lo advirtió recientemente Mark Manly, representante en México del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados.
Las caravanas atraen la atención de los medios y visibilizan el fenómeno migratorio. Más de 90 por ciento de los entrevistados está enterado de ellas y una mayoría teme que Trump cumpla sus amenazas (El Universal). Es previsible, por tanto, que la percepción sobre la migración centroamericana se agudice en el futuro próximo, al menos hasta la elección en Estados Unidos de noviembre de 2020.
Hace unas semanas expresé en este espacio que una de las razones del surgimiento de movimientos de extrema derecha es el rechazo a la migración. Decía entonces que en México ese factor no había adquirido suficiente fuerza para movilizar al electorado. Pero, a juzgar por los datos recientes, la situación podría dar un vuelco en los próximos años.
Fuente: Milenio