Lo militar al mando de lo civil
Por: Juan Ibarrola
arece una mala broma; más bien, una broma negra.
¡No! En realidad fue un tema que nadie quiso ver.
Es más, algunos hasta celebraron que habían derrotado a los militares con el asunto del mando civil en la Guardia Nacional (GN).
Lo que es de lamentar es la ignorancia de quienes pensaron que el discurso sobrepone a las verdaderas víctimas. Lo peor es que algunos pensaron que la moda de manifestarse −sin conocer verdaderamente contra quiénes se enfrentan los ciudadanos todos los días, contra quiénes se enfrentan diariamente los soldados de tierra, mar y aire o bien, contra quiénes se enfrentan miles de policías en este país− va a provocar reflexión en los criminales, para que mejor se sumen a la tendencia y a la moda y con ello dejen de delinquir, de asesinar, de extorsionar o, bien, de secuestrar, de asaltar transportes de pasajeros para después quemarlos o, bien, para robar transportes de carga para después matar a sus operadores, como sucede en la ruta Veracruz-Puebla-Ciudad de México.
Los que piensan que es una mala broma que un militar esté al frente de la Guardia Nacional, en verdad, no entiende la urgencia de fortalecer la respuesta a la seguridad intermedia por parte del gobierno federal.
El militar que esté al frente de la GN deberá en primer lugar pedir licencia para poder convertir su estatus laboral y jurídico en civil; es decir, constitucionalmente la GN debe tener un mando civil, situación que le da derecho a un militar en activo, pedir licencia, para aspirar a serlo.
¿Dónde está la mala broma?
Hoy por hoy la GN está compuesta en su mayoría por policía militar; luego entonces, el mando −que se convierte en un tema de confianza total− debe estar a cargo de un militar con licencia.
No se trata verle la cara a nadie. Se trata de dar respuesta a la principal demanda ciudadana, la cual sigue siendo “seguridad”. Se trata de que funcione desde el origen el esfuerzo por crear una Guardia Nacional de las proporciones y dimensiones de este proyecto.
Quienes dicen desde ayer que es una mala broma −que un militar esté al frente de la GN− no han comprendido que para poder crear un pie veterano (la primera generación de una fuerza armada) debe dotarse a esa fuerza de toda la disciplina posible y, por supuesto, del mejor adiestramiento que se pueda dar en función de las necesidades que tiene el país en materia de seguridad.
Lo anterior no significa que dentro de la Policía Federal no existan cuadros con grandes capacidades y habilidades; lo que significa es que para poder acelerar el proceso, el apoyo de Sedena y Semar será de total ayuda, ya que son ellos quienes tienen la experiencia, infraestructura, doctrina y personal para poder en este año hacer posible que se recluten a 20 mil personas.
Es de esperarse que muchos ya hayan comprendido que no se está militarizando a la Guardia Nacional. A este ambicioso proyecto, se le debe dar forma de manera urgente y quizá para algunos represente capital político: sin embargo, para quienes la integren significa crear una verdadera institución de Estado que le dé respuesta a la gente.
Por eso es necesario que un militar con licencia esté al frente de esto. No es broma, esto es tan serio como lo que es.
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