Por: Ricardo Gaviño
Hace un par de semanas escribí sobre el nuevo de negocio de quien se dice ser la “maestra”.
Hace un par de semanas escribí sobre el nuevo de negocio de quien se dice ser la “maestra”. Un personaje que aprovecha (como muchos) el manejo de estructuras y la necesidad de la gente, para poder seguir alimentando el poder en beneficio ella y de sus familiares. Elba Esther Gordillo.
Recordemos primero quien es ella y el daño que nos ha provocado. Gordillo, nacida en Chiapas, ingresa al ámbito magisterial en los años 70´s. Al paso del tiempo y con el apoyo del presidente Salinas, se convierte en dirigente nacional del SNTE.
Elba Esther ocupó cargos en la estructura priista, como secretaria general del PRI en tres ocasiones, diputada plurinominal del partido, entre otros.
En el 2013 detienen a Gordillo acusada de ser parte de movimientos financieros con recursos del propio sindicato. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público detectó casi 2,600 millones de pesos desviados de las cuentas del sindicato a cuentas privadas, manejadas por ella misma.
Después de haber estado cinco años en prisión, el Tribunal Unitario le concede la libertad a Gordillo, lo cual, aparentemente todo fue un acuerdo entre la administración de Peña y AMLO.
Hace unas semanas aparece Elba Esther en una asamblea de un partido local en Chiapas, encabezado por su nieto y su yerno. Y ahora nos sale con la noticia, en un evento en Puebla, que nuevamente buscará volver a encabezar el SNTE. Aprovechando la inconformidad de algunos líderes del sindicato para fortalecer su popularidad diciendo que la reforma educativa de AMLO “tiene algunas ineficacias”.
Es claro que los viejos y los nuevos cuadros políticos tratan de enamorar a la ciudadanía cautivándolos con sus discursos populacheros. Es inaceptable que personas como Elba Esther regresen al poder y sigan abusando de la necesidad de la gente.
Es momento de que nosotros como sociedad hagamos algo al respecto, apoyando a quienes realmente tratan de construir un México mejor… De lo contrario, los mismos seguirán y el resultado será siempre el mismo.
¿Y nosotros qué?
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