Política

SEP, “los buenos y los malos”

La secretaría de Educación Pública registra como titulares a personajes de la más distinta
naturaleza, incluso uno que otro bicho de rara procedencia, pero quizá sea la segunda ocasión
en que surge alguien de las bases magisteriales para dirigirla. El primero fue Otilio Montaño en
1915, uno de los cerebros del zapatismo, autor del Plan de Ayala que dio pié al movimiento
sureño; y ahora Delfina Gómez Álvarez, hija de un obrero que aunque con estudios superiores,
ha permanecido la mayor parte de su vida profesional frente a grupos de enseñanza básica.

Es decir, conoce a fondo la problemática en la materia, sea que no se trata de ninguna
improvisación, al contrario de lo sucedido en ciertas épocas, cuando el cargo fue utilizado para
cumplir compromisos que nada tenían que ver con la misión de enseñar.

Por supuesto también hubo tiempo en que la SEP brilló en el ámbito internacional gracias al
prestigio y labor de destacados intelectuales comprometidos con la república. Más adelante
mencionaremos algunos de ellos.

En el inter de la separación de Esteban Moctezuma y el nombramiento de Delfina, se
mencionaron a diversas personas que podrían suceder al inminente embajador en los EU, la
mayoría políticos, pero nadie se detuvo a pensar que en esta etapa del rescate de la dignidad
magisterial podría caber una de las tantas víctimas de los gobiernos neoliberales. Y qué bien
que, como un acto de justicia, sucedió.

De manera que entre los responsables de la SEP, ha habido de todo. Desde muy brillantes
hasta “piratas” capaces de falsear méritos académicos como Fausto Alzati, nombrado por
Ernesto Zedillo, quien se decía “doctor” y no contaba ni siquiera con una licenciatura terminada.
Otros nada más cubrieron el expediente: Manuel Bartlett y el propio Zedillo, beneficiados por
Salinas de Gortari, u Otto Granados Roldan, Emilio Chuayffet y por supuesto, Aurelio Nuño
Mayer (aquel a quien con frecuencia en eventos oficiales, los escolapios enmendaban la plana
o corregían su lenguaje pletórico de errores gramaticales). Estos últimos tres impulsados por
Enrique Peña Nieto. Y qué decir de Josefina Vázquez Mota a quien “su cuate” Felipe Calderón
encumbró a tan inmerecida distinción.

Entre los muy respetables referimos a Justo Sierra quien a pesar de servir a la dictadura
porfirista, fue llamado “El maestro de América”. Y ya en la post Revolución destacan: José
Vasconcelos, Narciso Bassols, Ezequiel Padilla, Jaime Torres Bodet, José Ángel Ceniceros,
Agustín Yáñez, Jesús Reyes Heroles, nombrados respectivamente por Álvaro Obregón,
Pascual Ortiz Rubio, Emilio Portes Gil, Manuel Ávila Camacho, Ruiz Cortínes, Gustavo Díaz
Ordaz y Miguel de la Madrid. Entre el resto figura Porfirio Muñoz Ledo en los tiempos de José
López Portillo, que desde la época de Echeverría lo ha hecho de todo, según consta en sus
memorias dictadas a James W. Wilkie y Elena Monzón Wilkie: “Historia Oral 1933-1988”…y
sigue dando de qué hablar buscando reflectores, y procurando un protagonismo calificado más
bien como distorsión neuronal propia de sus 87 años y el cúmulo de frustraciones que le lleva a
reñir con todo mundo.

Cada uno de los mencionados impusieron su sello personal a la institución tal vez más
importante de la administración pública. Hubo errores y aciertos aunque siempre en la intención
de beneficiar a las nuevas generaciones, hasta que aparecieron los gobiernos neoliberales con
su carga de perversidad teniendo como uno los objetivos esenciales destruir la educación
democrática, gratuita y popular. Y por poco lo logran de no haber sido porque en el 2018 las
mayorías decidieron empezar a escribir la nueva historia que significa la Cuarta Transformación
con AMLO al frente.

El asunto es que Delfina Gómez Álvarez es la nueva secretaria y tiene entre sus propósitos no
solo el rescate de la enseñanza pública, sino también participar en la dignificación del gremio
conformado por los servidores públicos más nobles, modestos y nacionalistas. Los maestros cuya tarea ha sido y seguirá siendo un apostolado, cuestionado solo por aquellos que traicionan y combaten la historia, valores y costumbres de México. Y estos no pueden ser otros que los regímenes conservadores que provocaron el desastre nacional…son los corruptos e inmorales que ahora temen los alcance el brazo de la justicia.

Ha sido una larga historia de altibajos educativos que incluye al sindicalismo que también sufrió transformaciones. Desde aquellos próceres que con sudor y sangre forjaron la organización de
auténtica defensa magisterial, cuyo costo fue de incontables desapariciones e injustos
encarcelamientos, hasta las mafias que distorsionaron la lucha gremial, intercambiándola por
privilegios personales y de grupo sin considerar el grave daño causado a innumerables
generaciones. Y ni como ocultar ejemplos tan vergonzosos como Carlos Jonguitud Barrios o
Elba Esther Gordillo y lo que resta del SNTE, que no se ha podido sacudir la maldición de
quienes lo arrastraron al fondo de la alcantarilla.

Pero bueno, estamos ya en época de transformaciones y en educación inicia una etapa que sin
duda, será fundamental en la integración del nuevo mexicano…es lo que deseamos.

LA LENTA JUSTICIA

Estará de acuerdo en que el grado de corrupción descubierta (y lo que falta), no corresponde a
la lentitud con que actúa la justicia. En verdad no hay explicación posible siendo una de las
prioridades del supremo gobierno. Salvo que la pandemia ocupe toda la atención oficial, lo cual
puede ser, considerando que el mal está fuera de control y no se observa remedio a corto
plazo. Y es que una de las partes, es decir, buena parte de la sociedad no colabora como
debiera a pesar del riesgo en que nos encontramos.
La justicia entonces, pareciera el elefante que con dificultad se pone de pié sin decidirse a
caminar. ¿Qué sucede al interior de la Fiscalía General?. ¿Acaso falta valor a los funcionarios
que tienen a su cargo la aplicación de la ley?. Lo cierto es que la república sigue esperando
resultados.

En este sentido la impunidad gana terreno a la vez que los causantes del desastre ganan
tiempo. Algunos evaden la responsabilidad lejos de México, otros preparan su defensa de la
mejor forma, sin que sombra alguna obscurezca presente y porvenir. Confían en mostrar la
“inocencia” facilitada por la inmovilidad de las autoridades congeladas quien sabe por qué
razones y motivos.

Han transcurrido dos años y los saqueadores siguen en la calle..se burlan de la república y
humillan al supremo gobierno. ¿De qué se trata?.

SUCEDE QUE
Mario Delgado sigue dividiendo a MORENA. Ahora lo hizo en Colima donde nominó a Indira
Vizcaíno candidata al gobierno estatal en base a presunta consulta en la que nadie cree, tal
cual sucede en otras entidades. Para variar, Indira se desempeñaba como delegada de
Bienestar…Mientras tanto el PAN prepara la candidatura de Margarita Zavala a una diputación
federal, después de que la doña se fue de dicho partido echando pestes del mismo y sus
dirigentes. Lo dicho, hipocresía y doble moral son la materia prima de los conservadores.
Y hasta la próxima.

Notas relacionadas

Botón volver arriba