Siempre ellas
El reto que tenemos enfrente exige el mayor compromiso por parte del gobierno, así como de los distintos actores que abonan a la política social
Por: Javier García Bejos
Mañana se celebra el Día Internacional de la Mujer, y en México, no cabe duda que tenemos aún mucho que avanzar para garantizar su desarrollo en diversas arenas.
En particular, una gran parte de ellas vive en condiciones de desigualdad estructural que no permiten superar el círculo de pobreza que las atrapa.
También viven la falta de oportunidades laborales, la violencia familiar y la inestabilidad económica son sólo algunos de los factores que la política social en nuestro país debe atender con toda seriedad, si verdaderamente queremos prosperidad y bienestar para las mujeres.
El reto que tenemos enfrente exige el mayor compromiso por parte del gobierno, así como de los distintos actores que abonan a la conformación de la política social.
En una nación en donde tres de cada 10 hogares son encabezados por jefas de familia, no hay duda que el núcleo de la lucha contra la pobreza en México debe situarse en el empoderamiento de la mujer; cuando ellas avanzan, entonces su familia también lo hace.
Si tiene acceso a servicios de salud, si sus hijos pueden ir a la escuela, y, sobre todo, cuando ellas trabajan y construyen patrimonios, entonces sus horizontes se amplían para siempre.
En un país como México, no cabe duda que una política de desarrollo eficaz debe ir más allá de apoyos monetarios.
Como bien señalan diversas organizaciones como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y el Banco Mundial la política social debe ser para las mujeres una aliada en la generación de autosuficiencia y el desarrollo de capacidades; hoy más que nunca, el combate contra la violencia en el hogar y el embarazo adolescente, el fomento al emprendimiento y el fortalecimiento de la inclusión laboral deben estar presentes en políticas públicas que tengan reglas claras y que estén sujetas a evaluación.
Cumplir con esta misión no tiene por qué empezar desde cero. Si bien hay esfuerzos que deben ser perfeccionados y que también deben ser estrictamente vigilados, también es cierto que estos esfuerzos han demostrado que nuestro país es capaz de establecer acciones y estrategias concretas que cambian la vida de las mujeres.
La clave, hacia adelante, se halla en estar abiertos al diálogo y discutir sobre cómo podemos mejorarlas para que ninguna mexicana se quede desprotegida.
Al final hoy, como nunca antes, el desarrollo de las mujeres en México debe ser nuestro principal compromiso.
Ciertamente, el gobierno no puede ni debe estar solo; sociedad civil, organismos internacionales y ciudadanía en general, deben aportar para seguir abriendo espacios y romper barreras de exclusión.
En la coyuntura presente, nada es más importante que impulsar el bienestar de millones de mexicanas que merecen más y mejores oportunidades para formar una vida más digna.
Colaborador
@jgarciabejos
Fuente: El Heraldo