Por: David Ed Castellanos
Tenemos presidente para rato señoras, señores, jóvenes, niños y niñas. El Comandante Supremo Andrés Manuel López Obrador, celebró su informe de 100 días de gobierno, una fiesta muy priísta y claro, pues antes que el PRI no había nadie.
Y si digo que tenemos máxima guía para rato, es porque así lo ve este humilde tecleador. El señor presidente advirtió durante su discurso desde Palacio Nacional, que no iniciarán proyectos que no puedan ser finalizados durante su gobierno, por eso, además de su ya reiterada intención de ir al referéndum en la intermedia federal por tres años más, es fácil ver y creerle al jefe del ejecutivo federal que va para rato en el poder. Su promesa de emitir un informe trimestral tampoco es producto de la casualidad, es el siguiente pasito de una obra muy bien estructurada por el presidente mexicano.
Por cierto, ahora con motivo de los primeros 100 días, con mayor intensidad que nunca circuló aquella entrevista histórica por su contenido, realizada hace más de 30 años al tabasqueño más popular, me refiero al actual presidente de México; en la intervención López Obrador viste una camisa blanca, manotea igual que ahora, habla pausado como acostumbra, y su discurso es sorpresivamente similar al actual; luchando por sus ideales, posicionado contra los actos de corrupción, la desigualdad, enfrentado desde aquel entonces al sistema político que él mismo venció y por cuál este 11 de marzo, exactamente una semana antes de la expropiación petrolera de México, sentenció, “nunca jamás claudicaré, antes muerto que traidor”, soltó el generalísimo mandatario López Obrador.
El presidente mexicano abordó muchos temas, la mayoría en favor de lo que el mismo gobierno federal llama “4ta Transformación”; la grandeza del peso ante el dólar; el rescate y recuperación de lo que le pertenece a México y que parecía se escapaba con la reforma energética; un crecimiento económico cauteloso pero sin caer en crisis, sin embargo, la violencia, el pan nuestro de cada día opacando todo y a todos.
En Salamanca, Guanajuato como en otras entidades, las cosas están color de hormiga respecto a la violencia y qué decir de Tamaulipas, ahí ya se soltó el tigre, lo peor es que ni la misma titular de gobernación Olga Sánchez Cordero, tiene idea de lo que aconteció, basa sus declaraciones en lo difundido por los medios de comunicación, y los que difundieron los hechos de lo acontecido en las carreteras de Tamaulipas refieren “algunos reportes”, mientras la Fiscalía local turnó extraoficialmente la situación de riesgo a la Fiscalía General de la República (FGR), dependencia que según la Secretaría de Gobernación (SEGOB), está en coordinación con SEDENA y SEMAR, indicando lo que dieron cuenta los periódicos antes del cierre de edición dominical. Sánchez Cordero, solo habla de lo que leyó en los medios de conjunción sin siquiera notificar o reconocer, validar que la declaración del chofer del camión de pasajeros sí existió.
Señor presidente, su discurso pudo haber sido fenomenal, incluso alentador y convincente para quienes se nieguen a creer y entender que hay un régimen honesto en México, pero si sus colaboradores no asumen su papel, usted solo no va a poder, usted podrá ser nuestro gran domador del tigre y quizá tenga toda la buena intención de acabar con la corrupción, pero solo usted y únicamente usted podrá quitarle lo distraído a los integrantes del gabinete y para eso se ocupa un buen par de latigazos, además señor presidente, nadie más que usted tiene la cuarta en sus manos, azótelos de ser necesario.
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