El gobierno cubano va a prohibir el reggaeton y el ‘perreo’ por sexista y para proteger la cultura musical del país.
Este estilo musical se ha extendido por todo el mundo monopolizando en muchos casos los ritmos de clubs, discotecas y de las propias calles. En muchas de las canciones del reggaeton, se menosprecia o se convierte en objeto a la mujer además de promover la violencia.
Aunque es difícil regular el acceso de los adolescentes al reggaetón, en algunos países de América Latina ya se han puesto en marcha medidas al respecto.
Los mandatarios cubanos, al tener el control de todo lo que se emite, les será fácil llevar a cabo esta censura de la radio y televisión. De cualquier forma, el reggaeton, se escucha y probablemente se escuchará en casas y calles gracias a Internet, discos duros y memorias USB.
Según la medida, los músicos callejeros tendrán que profesionalizarse y van a tener que vincularse al Ministerio de Cultura que ha prohibido los “textos agresivos, sexualmente explícitos y obscenos del reggaeton” al que ya trató de limitar en 2012 solo a espacios públicos.
Por su parte, el presidente del Instituto Cubano de la Música ha declarado que “ni la vulgaridad, ni la mediocridad podrán mellar la riqueza de la música cubana”. El ente público acusa de “intrusismo” a los músicos callejeros por quitar el trabajo a los titulados del conservatorio mientras artistas autodidactas lamentan que el gobierno no respete su música.
El decreto 349 ha sido calificado por la población como “ley mordaza” a pesar de que supuestamente, la nueva constitución cubana vela por “la creación artística libre”. El ministro cubano de Cultura, Alpidio Alonso, ha asegurado que su entrada en vigor será progresiva.
Cuba se convierte así en el primer país en limitar el reggaeton a nivel estatal.
En otros países latinoamericanos se han tomado medidas ante este tipo de música. En Coahuila, un estado mexicano, se prohibió en las escuelas en 2011 para intentar reducir la violencia machista. En Colombia, el gobierno ha tratado de prohibir el acceso de los menores a la champeta, una música que algunos consideran que supera la línea de lo erótico.
De todas formas, tal es la importancia de la música en la cultura latinoamericana, que parece difícil que puedan poner límite a cualquier estilo musical.