LA MARIHUANA Y EL NEOLIBERALISMO
POR: RODOLFO SALAZAR GONZALEZ
Según pasa el tiempo el termino Neoliberalismo se va adaptando a la necesidades empíricas que el mercado reclama; en el principio este concepto se utilizó para definir una actualización recargada de lo que entendimos por el liberalismo clásico, aquella teoría económica creada por Adams Smith que le daba todas las ventajas al sector empresarial y en descargo de esta desproporcionada utilidad que obtenían lo emprendedores de aquella época, Adams Smith cínicamente argumentaba que las diferencias entre las ganancias de un trabajador y un empresario tenían que ser “entendibles” y aceptadas para que la producción no se paralizara. En una palabra “el dejar hacer y el dejar pasar” era la filosofía central que el estado entregaba como escenario a los poderosos latifundistas que se dedicaban a hacer negocios redondos.
En la Francia del siglo XVIII la expresión laissez faire, laissez passer, era la formula mediante la cual los apasionados por la causa de la libertad centraban su programas de acción. En esta plataforma buscaban el objetivo de establecer una sociedad de mercados sin obstáculos, para poder alcanzar esta finalidad llegaron al extremo enfermizo de abogar por la abolición de todas las leyes, que permitía que gente con mayor capacidad de desarrollar una industria superara a competidores menos talentosos y mucho menos eficientes. Es decir se valía de todo. El pez grande se comía al pez chico. En esto reside el contenido maligno de esta famosa y legendaria máxima que hoy está en pleno auge en el mundo de nuestros días. El mercado pide, se le otorga lo que el mercado requiera, no importa que con esto la dignidad y la civilización humana entren en un franco proceso de decadencia que los conducirá a un abismo sin fondo y que representara para los más aptos, por razones de educación, origen familiar y área de oportunidades desprendidas de su propio estatus social, el camino fácil para conquistar el mundo y dejar en el atraso y la desventura a un sector amplísimo de la sociedad que piensa que todo lo que necesita, el estado debe permitirle y obtenerlo aun en contra de su propia seguridad y salud.
La Suprema Corte de Justicia de este país ha sido lerda en la respuesta a muchas solicitudes que han presentado asociaciones y activistas sociales para que sea reparado por el estado, las violaciones flagrantes a los derechos humanos de un sector de la sociedad o de una sola persona que haya sido violentada en su integridad humana sin recibir justicia pronta, gratuita y expedita por el estado mismo. Ahora nos sorprende esta suprema corte con una inmediata respuesta en sentido favorable a una asociación de cuatro personas, uno de ellos Francisco Torres Landa, dueño de un poderoso e internacional bufete de abogados, (corporaciones jurídicas que facturan en mil dólares la hora a los que contratan sus servicios en el mundo;) que curiosamente es nieto de Juan José Torres Landa, un poderoso político priista de la época de los sesentas, que tenía una enorme influencia de decisión en el PRI nacional de
aquellos tiempos y gobernó a su leal saber y entender el estado de Guanajuato. Un santón de la política, de esos que frecuentemente hacían referencia a la Revolución Mexicana para justificar sus barbaridades. También de Guanajuato es Vicente Fox, quien fue el primer mexicano que se atrevió a decir públicamente que era representante de un grupo de inversionistas extranjeros dispuestos a producir y comercializar marihuana en nuestro país siempre y cuando fuera legal. “Urge legalizar este tema” señalaba el lenguaraz Vicente Fox.
Fue el ministro de la corte Arturo Zaldívar quien elaboró el proyecto en sentido favorable dando la razón a los integrantes de SMART, el grupo que solicitó permiso para producir marihuana y consumirla con efectos lúdicos; es decir para pasar un buen rato y olvidarse de los problemas de este mundo loco. Inmediatamente pensé que este ministro también en su juventud había sido un ferviente consumidor de cannabis sativa, nombre técnico de la marihuana, que en el pasado era una cosa propia de gente de los barrios bajos y de la soldadesca, ahora en estos tiempos neoliberales se ha convertido además de legal en un acto supremo de libertad personal para decidir lo bueno y lo malo para su individualidad y colocarse en una actitud ante los demás de ser un dueño absoluto de sus actos.
Pero inmediatamente me encontré con algo en favor del ministro de la Corte Arturo Zaldívar, este mismo jurista había elaborado el último proyecto reivindicador de la corte en relación con el trágico caso de los niños incinerados en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, condenando y ordenando la captura de los funcionarios de primer nivel del Seguro Social y del primer mandatario de ese estado; efecto que hasta estos días no se ha cumplido, pero ya no es responsabilidad del ministro Arturo Zaldívar sino del poder ejecutivo que encabeza Enrique Peña Nieto, quien en este tema sobre la legalización de la producción y del consumo de la marihuana que hizo la Suprema Corte de Justicia en favor de cuatro personas, el presidente de la Republica en lo personal manifestó estar en contra de este mandato de la corte, pero que como ejecutivo de la unión la respetaría y convoco inmediatamente a su secretario de gobernación para que organizara un debate nacional sobre lo bueno y lo malo de consumir como si fuera un refresco la marihuana mexicana.
Inmediatamente ha surgido información de que los adictos a la marihuana ocupan un segundo lugar en el tratamiento gratuito que los servicios de salud pública otorgan a este sector mexicano que ahora estará en la absoluta libertad de no tan solo consumirla, sino también producirla con una licencia pública. Aquí cabe hacer una reflexión profunda sobre si los mexicanos que pagamos impuestos estamos en la misma corriente que nuestros recursos se gasten para curar enfermedades de conductas viciosas cuando ya tenemos mucho que invertir en materia de readaptación de alcoholismo y drogas como la cocaína y la heroína. Yo por lo pronto no lo estoy.
Otro argumento falaz que también se enarbola en este tema de que la marihuana debe de ser legal en cuanto a su consumo, producción y comercialización en el país, porque traería como consecuencia la inmediata disminución del crimen organizado, podemos asegurar que no sucederá así. Está documentado que los criminales han ido dejando el trasiego de la droga por
lo laborioso de su producción y traslado a los Estados Unidos, optando mejor por el “negocio” de las drogas de diseño (metanfetaminas, cristal, etc.), los secuestros, la extorción y el pago de piso. Sobre este tema también tenemos que tomar en cuenta que en la Unión Americana ya está por legalizarse el consumo de este estupefaciente en California, muy pronto votaran para legalizar el uso lúdico de cannabis el año próximo. Los activistas gringos están promoviendo que en los comicios del 2020 se levante la prohibición de la marihuana. Este mercado, el de California, es el más atractivo para los carteles de la droga mexicana. El caso es que la rueda ya está en movimiento y próximamente en los estados más liberales como Massachusetts, Missouri, Hawái, Nevada y Ohio pronto también se debatirá este tema y se levantara la prohibición. Es cuando entonces me pongo a pensar en esa frase que es muy profunda para que el autor haya sido como dicen que fue Porfirio Díaz, pero no, el autor es Don Nemesio García Naranjo líder del famoso “cuadrilátero” y que dice así: “Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.