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EPN, un cínico con suerte … viene a Tamaulipas.

      “Enfrentamos a todos los criminales, el gobierno de la República disminuyó la capacidad y dimensiones de esas organizaciones, logrando con ello una importante reducción de la violencia…”. ¿ De qué país habla Enrique Peña Nieto ? Porque si es del nuestro, de México, sin palabras, el primer mandatario está errado totalmente, la estadística criminal diaria, como las noticias nacionales, lo desmienten.

Pero alégrese, amable lectora, lector, según información del propio Gobernador García Cabeza de Vaca, todo hace indicar que tendremos el “gran honor” los tamaulipecos de recibir en la última etapa de su gobierno al presidente Peña, quien al parecer viajará a Reynosa para inaugurar una obra vial.

¿ A qué viene Peña a Tamaulipas ? Resentido y agraviado, con sentimientos adversos para los tamaulipecos por no haber votado por él en 2012, EPN castigó nuestra entidad con “el látigo de su indiferencia” durante la primera etapa de su gobierno, que nos ignoró “olímpicamente” al regatearnos los apoyos que por derecho corresponden a la entidad, como es la presencia permanente de las fuerzas armadas, sujeta ésta a la “firma” de los convenios respectivos, ubicándonos cual población de cuarto o quinto nivel, pese al riesgo permanente que significan los grupos delincuenciales.

Desfasado de su función como Presidente, EPN, tal vez por su ignorancia de la historia, además de la carencia de sensibilidad política y social, jamás comprendió la magnitud de la oportunidad que como generación joven representaba dirigir a un país que como el nuestro, requería dejar atrás los viejos vicios que desde la cúpula del poder solo han generado pobreza para la población, atraso, marginación social y lo que es peor, resentimiento social.

Adentrándonos un poco en la muy “especial” personalidad de EPN y atendiendo además a su declaración respecto a que “No tenía suficiente conciencia del tamaño de las decisiones que habría de tomar en la Presidencia de la República”, afirmamos sin mayores reservas que el todavía Presidente, aún hoy, no tiene la mínima idea del serio, grave y trascendente compromiso social e histórico que representa el cargo.

No se puede explicar de otra manera el balance triunfalista que hace ( o le hacen ) de su sexenio, donde de manera increíble no se ubica en la dimensión de una deuda externa que él mismo elevó en un cien por ciento, al pasar de 5, a 10 billones de pesos, sin existir en el país desarrollo urbano o social que lo justifique; se requiere mucho valor, inconsciencia o cinismo para decirlo hasta con orgullo frente al pueblo que todo lo sabe y todo lo juzga.

Enrique Peña ¿ es un valiente ? ¿ un inconsciente ? ¿ un cínico ? En lo personal, amable lectora, lector, me quedo con el último adjetivo; un gran cínico al cual jamás le importó enriquecerse a costa de los mexicanos y en particular los más vulnerables por sus carencias, de aquellos que votaron por él pensando en hacer crecer las limosnas institucionales en forma de despensa o tarjetas Monex, que por miles repartió en 2012 y de las cuales el propio INE documentó… sin que pasara nada.

EPN, un cínico con suerte … ¿ no cree usted ..?.

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