Columnas

EL SIMBOLISMO DE LA INDEPENDENCIA

RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

Estamos celebrando la independencia de nuestro país. Hace casi dos siglos un párroco de iglesia de pueblo inició un movimiento insurgente que consumó la independencia con la corona española que por varios siglos había dominado y explotado a nuestra nación.

En América Latina varios países simultáneamente se independizaron de la monarquía peninsular. En México: festejamos los 201 años de la independencia nacional; es una oportunidad genial para realizar una mirada a nosotros mismos como país y sociedad y poder hacer una conclusión si hemos entendido la importancia de este acontecimiento histórico que nos convertierón en una nación responsable e independiente y en la búsqueda permanente de una nueva redistribución socioeconómica.

Quizá la tarea más importante es que quede de forma palmaria establecida la certidumbre de que nuestro pasado es la crónica de una lucha permanente y constante por alcanzar nuestra libertad y el derecho a dirigirnos nosotros mismos desde el concepto que tengamos como sociedad hacia el país que aspiramos construir.

La independencia nacional tiene una tarea fundamental que consiste en participar en los periodos de reflexión de este movimiento que nos otorgó las instituciones que hoy nos permiten por los medios legales y pacíficos expresar nuestras diferencias y dentro de ese marco de contraste intelectual alcanzar la plataforma de la libertad absoluta que se reglamente con derechos y obligaciones.

Por lo pronto será un requisito fundamental explicar con claridad que el pasado histórico fué un enfrentamiento de conservadores y liberales, pero que hoy en el presente en un maremagnum de amnesia histórica se pretende trasmutar las categorías ideológicas de lo que significó esta relidad social adoptando los conservadores el disfraz de liberales para poder regresar al país a las mismas condiciones de injusticia, inequidad, opresión, exprerada en falta de oportunidades por alcanzar la independencia económica.

De aquel tiempo a nuestros días en la medida en que los acontecimientos se han venido desarrollando, se ha ido modificando en un sector de los mexicanos el concepto de independencia, como lo tenemos en su mayoría entendidos todos los que habitamos este país.

Vivimos un fenómeno de mundialización, existen ciudadanos que por su condición migratoria y vocación humanista pueden escoger como nación el mundo entero, renunciando en forma absoluta a una nacionalidad específica.

La modernidad ha terminado con las fronteras; a pesar del fenómeno de mundialización, existen franjas de seres humanos en los diferentes países, como el nuestro, que tienen una

gran carga de pobreza social, que se aferran más que nunca a un concepto tradicional de independencia, entendida esta: como el rompimiento con las cadenas que esclavizan.

Sociólogos como Gabriel Careága afirman con certidumbre que en México existen dos países cohabitando en forma peligrosa, uno muy distante del otro. Una parte del país cree firmemente en la independencia de México, y la celebra en la forma más pura y tradicional: Ondeando en las plazas públicas de su ciudad la bandera de México y gritando con autenticidad a los héroes que nos dieron patria y libertad. Estos son la mayoría de los mexicanos.

Otros sectores del páis, piensan convencidos que la independencia es un concepto y una simbología social que ya está rebasado por los modernos días que estamos viviendo. Ellos aseguran sin temor, que no hay razón para celebrar algún evento que conmemore la independencia de nuestro país, por que en esta época todo está interrelacionado, es decir globalizado, por lo tanto está fuera de línea hablar de un acto de independencia de una porción de lo que configura una totalidad mundial.

Lo que hace que estos sectores de mexicanos que son poseedores de una gran capacidad de información y de comunicación, así como de poder económico, estén más pendientes de las situaciones que generan los conflictos internacionales, quee es donde fundamentalmente está el ojo del huracán.

Sin embargo, es posible que con el acontecimiento veloz de los sucesos internacionales que influyen en el comportamiento económico y político de nuestro país, no sea tan importante que toda la sociedad mexicana tenga un concepto de independencia hegemónico y generalizado. Es más importante saber en éstos días en que nos esperan eventos políticos y económicos hostiles y peligrosos saber si los mexicanos estamos unidos.

Durante mucho tiempo los mexicanos a lo largo de nuestra historia estamos sujetos a fuerzas cohesionadoras y desintegradoras. Biografía. Historia, Política, diversidad étnica, desigualdades económicas y sociales y las vinculaciones con el resto del mundo a dificultad la unidad de todos los mexicanos. Octavio Paz afirmaba «México es historia más que identidad». Una historia que en el siglo XX; sobre todo a partir de la Revolución Mexicana, pudo generar un proceso de integración y cohesión política, económica y social, que funcionó hasta los 70, y que presentó fragmentaciones a partir de esta década. Bajo el liderazgo de los gobiernos que durante más de 70 años dirigierón el país, de un partido dominante y un corporativismo funcional con todo y sus características autoritarias, la unidad de los mexicanos se mantuvo.

Durante estos años hubo crecimiento económico acelerado, mejoramiento de los salarios y un proyecto educativo nacionalísta, además de conquistas sociales y una cultura nacional integradora a través de la religión, las artes y las expresiones populares que incluían instrumentos modernos como la radio, la televisión y el cine. Haciendo vivir a la población una

sensación de unidad. No obstante las diferencias sociales, existía la confianza en el futuro y en el progreso, y la permeabilidad social se impuso a la falta de democracia, a la corrupción y a las deficiencias del estado de derecho.

Los factores que nos dividen, caminan más rápido que los que nos unen. No obstante, esto puede superarse si empezamos a actuar ya, y con visión de largo plazo en una búsqueda incesante de instituciones renovadas. Entendiendo que seguimos siendo testigos de una confrontación por el poder de la República entre Conservadores y Liberales como cuando iniciamos la Guerra de Independencia Nacional que en este mes festejamos.

E-mail.- notario177@msn.com

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