La campaña del candidato del PRI a la alcaldía de ciudad Victoria, Oscar Almaraz Smer, es la de un político a salto de mata. No tiene comité de campaña; no tiene un coordinador visible; no promueve al candidato a la presidencia de la república priista José Antonio Meade; no apoya a sus candidatos a Senadores y mucho menos a la candidata a la diputación Alejandra Cárdenas.
Parece avergonzarse de su partido –oculta el logo del PRI en sus promocionales- y de sus compañeros de fórmula.
Su agenda, es manejada en un reducido grupo y sus eventos son realizados relampagueantemente como para no ser localizado.
Almaraz, sabe que trae varios fardos encima.
El primero, es el ex gobernador Eugenio Hernández Flores de quien es socio en decenas de negocios. Muchas voces, por esa razón, lo ubican como uno de los principales blanqueadores de capital del ex gobernador hoy huésped de un infecto reclusorio.
El segundo, es su aparición en muchas averiguaciones penales delineadas por la PGR en vinculación con tareas realizadas a su paso por la Secretaría de Finanzas durante el sexenio de Hernández Flores. Es uno de los más relevantes beneficiarios del enorme truco financiero realizado con la torre bicentenario por casi 10 mil millones de pesos.
A ello, se suma, el manejo discrecional y extraño de los terrenos donde se construyó ese complejo gubernamental.
Hoy es día, que se desconoce a donde han ido a parar miles de millones de pesos de renta –o de venta; no se sabe- de esos inmuebles.
En la misma situación está el terreno en donde se erigió el Congreso del Estado.
Almaraz, nunca fue ajeno a esos trastupijes.
Almaraz, conoce cómo y quiénes son los beneficiarios directos de esos manejos.
El tercero, es la toxicidad que representa para el CDE y el CEN del PRI, su candidatura. Muy pocos candidatos, representan el pasado avieso y cleptómano del priismo que se está hundiendo en la región como Almaraz Smer. Es parte orgánica, de la banda que flageló a Tamaulipas los últimos doce años: Eugenio Hernández y Egidio Torre Cantú.
Ese es su mayor pecado.
El PRI, no le sirve a Almaraz.
Y Almaraz, no le es útil al PRI.
Por esas circunstancias, la campaña de Oscar va en picada. Y la de sus adversarios, van en ascenso.
Basta acompañar los recorridos de los candidatos Eduardo Gattas de MORENA y de Xico González del PAN, para ponderar la articulación de cada una de las campañas. Comunicadores que han asistido a los eventos de Gattas, consideran que es un verdadero fenómeno político en las colonias, por la aceptación de su proyecto entre la ciudadanía que en el pasado vitoreó al PRI.
Xico, sigue avanzando.
Gattas, se percibe, está aglutinando la ira social contra el PAN y el desaliento del PRI.
Almaraz, como delincuente, hace una campaña desde la sombra.
No es temor…
…es una premonición.
José Ángel Solorio Martínez
