Hace un par de años la muerte de una niña de nueve años llamó la atención porque además de su edad, en un principio se difundió que la menor se había suicidado; sin embargo, luego se sabría que la madre la asesinó y colgó de un tendedero para simular que la niña se había matado.
Rosa María Hernández Barrera, asesinó a su hija cuando se encontraba drogada, hecho que ocurrió en el municipio de Durango el 20 de octubre de 2015, y que este siete de febrero es retomado porque tras dos años de investigación, el Juez de Control, del Poder Judicial del Estado, la sentenció a 20 años de prisión.
Era martes, la niña se encontraba con Rosa María en el patio de su hogar, el cual se ubicaba en la colonia Cielo Azul de la ciudad capital. En un determinado momento, por causas que no se saben con precisión, la mujer comenzó a golpear a su hija, se ignora si se molestó por algún acto infantil de la menor o si de ‘buenas a primeras’ comenzó a violentarla, lo cierto es que la asesina se encontraba drogada.
Según la narración del hecho, que fue aportada por la Fiscalía General del Estado, la niña se desplomó en el suelo por la golpiza propinada; la victimaria creyó que ya se encontraba sin vida, por lo que para cubrir su crimen le ató un suéter en el cuello para luego colgarla con un lazo en el tendedero de ropa.
Su objetivo era que la muerte se catalogara como suicidio, una de las versiones de esta teoría era que la niña había decidido suicidarse luego de que la regañara su madre; sin embargo, la Policía Investigadora de Delitos, encontró inconsistencias y determinaron que se trataba de un homicidio perpetrado por la progenitora.
De esta forma la Fiscalía General del Estado de Durango (FGED), a través del agente del Ministerio Público, adscrito a la Unidad de Delitos Contra la Vida y la Integridad Corporal, integró la carpeta de investigación, y se giró una orden de aprehensión en contra de Rosa María, quien fue detenida unos días después, en las inmediaciones de la colonia Cielo Azul.