Opinión con sentido

CON PALABRAS HUECAS Y PROMESAS ROTAS NO SE INYECTA CONFIANZA

INYECTAR CONFIANZA.

ANECDOTARIO.

POR JAVIER ROSALES ORTIZ.

Se escucha con atención la voz más influyente he importante de Tamaulipas para gritar lo que espera de este proceso electoral que vivirá en Julio esta entidad, la que puso un mal ejemplo a nivel nacional he internacional en el 2010 con el cruel asesinato del Doctor Rodolfo Torre Cantú, el abanderado a gobernador por el PRI.

Esa fue una elección salpicada de rojo y que aun provoca que muchos tamaulipecos pasen saliva antes de hablar y, como no, si marco mal la historia de este pedazo de tierra norteño, lo mancho, lo denigró y hace que aun los nativos de este lugar despierten desconfianza en otros estados que visitan tan solo por el tono golpeado y pegajoso que escapa por la boca.

Solo un ejemplo de ello, cuando se menciona que un matrimonio de la capital de Tamaulipas visitó en fecha reciente el Distrito Federal, concretamente Coyoacán, punto bello he histórico que huele a coyote y cuyas calles son recorridas a pie por cantantes que están enamorados del sabroso ambiente de esa área casi verde y de construcciones rústicas de la capital mexicana.

Ya de regreso al centro de esa ciudad el matrimonio abordó un pequeño taxi y el conductor, de edad madura, le extrañó el tono de voz que utilizaron. Perdón. ¿Y ustedes de donde son?, les preguntó. ¿ Por qué?, respondió el esposo de la señora. Es que ayer trasladé a una pasajera y hablaba casi igual que ustedes, hasta que por fin me dijo que era de Sinaloa. No, nosotros somos de Tamaulipas. El taxista freno y se orillo. “Son de los buenos o de los malos sino para bajarlos a la chin….”, les advirtió.

Prefirió, la pareja, tomar en broma ese sorprendente gesto de un chofer capitalino y solo sonrió para que la cosa no pasara a mayores.

Asombra, que la fama, buena o mala, haya rebasado los límites de Tamaulipas.

Impresiona, que un terreno lejano y ajeno hasta un modesto taxista vea con recelo a un par de tamaulipecos que solo buscan un momento de distracción.

Desconcierta, que la presencia de los tamaulipecos en otros lugares del país y tal vez del extranjero incomode como consecuencia de lo que sucede en su suelo porque casi se le señala de culpables.

Es ésta, una anécdota muy modesta, pueril e insignificante pero no se vale que los tamaulipecos caminen en otros lugares con una cruz marcada en la frente y con la cabeza baja.

Por eso, importante es, que ahora este nuevo gobernador que tiene Tamaulipas eleve la voz, grite que existen las condiciones para que en esta norteña entidad se desarrolle en Julio unas elecciones en paz, tranquilas, como todos desean.

De cierta manera Francisco Javier Cabeza de Vaca y uno que otro allegado casi piden que todos los tamaulipecos se tomen de las manos y que acudan a las urnas para depositar su voto con la sana idea de que nada desagradable va a pasar.

Bueno, es, que en ese momento los votantes borren de la mente los malos recuerdos y que sin que les tiemble la mano depositen su sufragio con la esperanza de que ahora si este país cambie por el bien de todo aquel que se siente grande por ser mexicano, por ser tamaulipeco.

El PRI de Tamaulipas se sigue durmiendo para agregarse a esa buena intención de un gobernador que busca que exista confianza en este proceso electoral que puede ser histórico.

Pero algo amenaza con restarle punto y valor a ese llamado y son las promesas huecas, vanas, imposible de cumplir y los pleitos y la cacería de brujas que son una practica rutinaria entre los abanderados de todos los partidos a un puesto de elección popular.

El granote de arena del gobernador de Tamaulipas ahí está y ha provocado impacto entre una población que a veces brinca de la sorpresa a la desesperación por la convulsión en la que vive.

El trata de inyectar confianza y solo hay que aflojar el cuerpecito.

Y dejarse querer.

Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.co

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