DESCABEZAR CARTELES DESPEJO EL PASO A CRIMINALES MAS VIOLENTOS
La estrategia de descabezar a los cárteles despejó el camino a los criminales mucho más violentos
Mientras algunos de los viejos jefes criminales fueron detenidos o murieron, nuevos personajes aún más sanguinarios están adueñándose del negocio del narcotráfico.
ADEMÁS
Ciudad de México, 21 de enero (Infobae/SinEmbargo).- Cada vez que cae un capo de la droga en México, aparece otro: menos conocido y más violento. No se trata sólo de los herederos de sangre de los grandes cárteles del narcotráfico, sino de sicarios que escalaron en las estructuras de sus organizaciones y que hoy encabezan alguno de los 130 grupos criminales que operan en el país.
Este es el guión de la película que los mexicanos han visto desde que el gobierno federal emprendió “la errada” estrategia del “descabezamiento” de las bandas criminales, dice Martín Barrón, investigador del Instituto de Ciencias Penales (Incipe).
Si en el arranque del siglo XXI había en México siete grandes carteles vinculados al tráfico de drogas, ahora hay aproximadamente 130 grupos, afirma. “Las autoridades afirman que son 9 las grandes organizaciones, pero olvidan todas sus fracciones en los estados”.
Esas “fracciones” son bandas criminales muy violentas, compactas, que controlan a sangre y fuego sus territorios de influencia bajo las órdenes de líderes sin el arraigo ni la capacidad de control que en el pasado tuvieron los grandes capos. Se trata, por el contrario, de grupos que operan en zonas muy específicas, de estructura ligera y con una alta capacidad para multiplicarse.
De estos ha surgido esa nueva generación de líderes del narcotráfico, responsables de la crisis de violencia que atraviesa México. Era previsible, dice Barrón. “Al mandar a la cárcel o privar de la vida a algún líder, viene un desajuste en la organización interna del grupo delictivo y un clima de violencia en la lucha por el relevo”.
UN ESCOLTA QUE LLEGÓ A JEFE
Un ejemplo de esa nueva generación de líderes que se formaron como escoltas o sicarios de los grandes cárteles era el llamado Comandante Toro, un jefe regional del Cártel del Golfo que fue primero guardaespaldas de José Rodríguez Sánchez, conocido como El Gafe y a quien las autoridades señalaron, luego de su detención, como “el principal generador de violencia” en la zona que va de Matamoros al Río Bravo, en Tamaulipas.
El Comandate Toro se llamaba Juan Manuel Loza Salinas, era escolta de El Gafe y tomó su lugar al frente de la fracción del cártel del Golfo en Reynosa, Tamaulipas. “Con él vino un escenario de terror y violencia no conocido”, escribió en su momento el periodista Héctor de Mauleón, luego de que las autoridades lo abatieron en abril del año pasado, durante un operativo para su detención.
Al informar de su muerte, las autoridades lo señalaron como “uno de los principales generadores de violencia en la entidad”. Uno más de los que operan en el país.
LOS QUE VIENEN ATRÁS
El gobierno de Enrique Peña Nieto ha presumido la detención de 108 “objetivos prioritarios”, de una lista de 122 líderes de crimen organizado. Durante el sexenio de su antecesor Felipe Calderón, el responsable de poner en marcha la guerra contra el narcotráfico, 25 más fueron aprehendidos.
En la lista de los 14 “objetivos” que todavía están en la mira la Procuraduría General de la República (PGR), hay nombres bien conocidos, como Ismael “El Mayo” Zambada, quien quedó al frente del Cártel de Sinaloa tras la detención del “Chapo” Guzman. Pero hay otros de los que poco se sabe, incluso si están vivos o muertos.