Los geñistas se atrincheran en la UAT
Por Oscar Díaz Salazar
En el añejo conflicto entre el exgobernador Eugenio Hernández Flores y el actual mandatario de Tamaulipas, la situación pasó a un estatus de bronca irreconciliable, de guerra sin cuartel, sin tregua, sin matices y sin vuelta atrás.
El encarcelamiento del Geño será un largo round, al que le restan cinco años, en el que los puntos le favorecen a la esquina azul. Sin embargo, no hay knockout, y el ex campeón Hernández tendrá mucho tiempo para trabajar en su preparación física y anímica para devolver el duro golpe que lo tiene contra las cuerdas, o las rejas de Tamatán.
Ese arrojo de Cabeza de Vaca para dejar caer todo el peso de la ley contra el ex gobernador Eugenio Hernández, es contradictorio con las desiciones que han tomado los funcionarios a quienes ha delegado la tarea de encauzar a la Universidad Autónoma de Tamaulipas por la senda del bien, y para sanearla de la perniciosa presencia y actuación de la delincuencia infiltrada en la máxima casa de estudios. Para decirlo al estilo del propio gobernador Cabeza de Vaca, que en su toma de protesta se refirió a la presencia de agentes nocivos en la UAT.
Resulta que el geñismo está atrincherado en la UAT y sus emisarios pretenden ampliar su influencia, aprovechando para esto el muy próximo cambio de mando en la rectoría.
El asunto, que conoce muy bien la comunidad universitaria, tiene que ver con la influencia creciente de los geñistas, quienes ya controlaban el botín universitario a través del Secretario de Finanzas, Guillermo Mendoza. La estrategia para seguir manejando a la UAT, de parte de este grupo que fue empoderado por Eugenio Hernández, fue invitar a un personaje ligado al actual gobernador, para hacerse cargo de la Secretaría de Administración, y simultáneamente para ser el puente con el gobernador. Este personaje es Victor Hugo Guerra, alias «La Chulada».
Ambos funcionarios universitarios, el Secretario de Finanzas y el de Administración, están emparentados políticamente con el ex Secretario Particular de Eugenio Hernández, José Carlos Rodríguez Montemayor, apodado «Coché». Este trío de cuñados son los que pretenden ampliar su influencia y dominio de la UAT, promoviendo para la posición número dos en el organigrama, -la Secretaría General-, al ya citado Victor Hugo «La Chulada» Guerra.
Desde la óptica de los bandidos, se interpreta que están chamaqueando al Gobernador, al ofrecerle solo una parte del botín y compartirle las migajas, cuando de acuerdo a los usos y costumbres, el pastel está diponible en su totalidad.
¿Permitirán que la nómina universitaria se consolide como refugio de los geñistas?. ¿Se fortalecerá la pandilla de los «Cochés»?
