PRESENTE Y FUTURO EN VENTA
El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
Las tres principales fuerzas políticas en Tamaulipas, -PAN. PRI y MORENA- ya han definido el método para seleccionar a sus candidatos a las dos senadurías, las nueve diputaciones y las 43 alcaldías. Acción Nacional, decidió darle toda la potestad a su Nomenklatura: los aspirantes serán por designación –se infiere que quien definirá serán los órganos directivos partidistas estatales-; el PRI, optó por su clásica estrategia: sus abanderados serán ungidos en asambleas y el lopezobradorismo, tomó un camino que puede ser espinoso pero que pretende garantizar a los mejores para el combate electoral: la encuesta.
¿Cuál partido mostró una mejor estrategia para resolver esa pugna interna?..
¿Cuál saldrá más fortalecido ante ese reto?..
Imposible saberlo.
Son respuestas que sólo se podrán responder a posteriori. Es decir: después de los resultados de los comicios.
No antes.
Una de las variables que evita las fracturas y los escurrimientos, -con métodos buenos o malos de selección de pretensos- es el poderío del partido. Si la organización es poderosa, vigorosa, es menos probable que el descontento –o los descontentos- se escurran a otras agrupaciones.
Por una razón: nadie deja un partido fuerte –o al menos, no es de gente inteligente-, para ser candidato de un partido débil. Una estructura partidista, cohesiona no sólo por sus principios o sus justificaciones ideológicas; también aglutina, porque es parte de la esperanza de su militancia y de sus cuadros dirigentes.
O sea: algunos militantes abandonan a su partido porque otra organización personifica mejores opciones –no sólo en función del acceso al poder, ello incluye una oferta ética y de moral más decorosas que la de la organización en abandono-.
¿Qué tanto puede afectar la designación de los candidatos panistas en el ánimo de la militancia?..
En lo más mínimo.
Su rol como partido en el gobierno, lo blinda al menos en esta elección del 2018 y la siguiente, para salir airoso ante cualquier escenario generado por esa medida un tanto vertical y en algunos casos unipersonal.
En otras palabras: el PAN, saldrá airoso de su proceso de generación de candidaturas. Por muy malos, o muy buenos, que sean los candidatos, se ve remoto que se prohíjen renegados azules.
Y si existieran, serían menores, muy menores y con impactos negativos poco significativos.
¿El PRI, superará su profunda crisis estructural mandando candidatos por asamblea?..
El priismo, tiene en el futuro escenarios oscuros. Los diferendos surgidos de la elección del presidente del CDE, Sergio Guajardo Maldonado, no terminan de procesarse.
Ni terminarán.
Al menos, no antes del 2018.
Se presume: la unidad en el proceso de elección de los candidatos, será inalcanzable, accidentada. Y todos los procesos del pasado que han tenido aquella metodología, han provocado abandonos.
¿MORENA, podrá atemperar los ímpetus de cientos de candidatos que quieren colgarse de la popularidad de AMLO, que van a las encuestas más por sacarse la lotería que por sus propios consensos?..
El lopezobradorismo, tiene un paisaje amigable en Tamaulipas, similar al del PAN: si los panistas no abandonarán a su partido porque estará en el gobierno por al menos 5 años más, los morenistas piensan en forma similar: si llega a la presidencia de la república el tabasqueño, estarían seis años en un cálido entorno.
Bajo esa lógica, se percibe remoto –aunque no descartable- que se vean fracturas de amplio espectro en el partido de AMLO en la región.
(Por lo regular, los candidatos con menos presencia son los más alegadores. Y esto, es casi una regla en todos los partidos).
Como se ve: los partidos en Tamaulipas, no solo venden presente…
…al mismo tiempo, venden futuro.
Maciza, fornida, será la organización política que mejor oferte.