Ivonne Ortega en Nuevo Laredo
Con apenas 25 años de edad, Ivonne Ortega Pacheco fue electa presidenta municipal de Dzemul, en Yucatán. Desde entonces no ha dejado de crecer políticamente: diputada local, diputada federal, senadora y gobernadora, a los 34 años, de 2007 a 2012.
Actualmente es diputada federal por segunda ocasión y de 2012 a 2015 fue secretaria general del CEN del PRI, con César Camacho Quiroz como presidente, actual coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados.
A sus 44 años de edad, Ivonne ha hecho públicas sus aspiraciones para ser candidata presidencial. Claro una cosa es querer y otra poder. La realidad es que por la vía partidista tiene cero posibilidades de que el Presidente Enrique Peña Nieto o el PRI la tomen en cuenta. Ella lo sabe y por eso desde hace varios meses mantiene una batalla crítica contra la antidemocracia priista.
Ortega estuvo hoy en Nuevo Laredo para reunirse con la clase política y la militancia en general, para exponer su proyecto “Rescatemos al PRI” y de sus aspiraciones presidenciales.
En su papel crítico, Ortega ha llegado al extremo de decir que el partido debe pedir perdón a la militancia por los errores cometidos y debe recuperar la confianza de la gente, en temas como la corrupción.
Y es en este tema, en el cual Ortega dejo muchos pendientes a su paso por Yucatán, donde para empezar dejo una deuda cercana a los tres mil millones de pesos.
Dejo inconcluso un hospital en Tekax que originalmente costaría 52 millones, lo recibió con un avance del 63 por ciento, le metió más de 100 millones de pesos y finalmente su sucesor, Rolando Zapata, tuvo que invertirle 80 millones más para terminarlo.
La administración de la señora Ortega se caracterizó por derrochar dinero público en espectáculos y producciones de televisión, desde un concierto con Plácido Domingo que costó 20 millones de pesos; 22 millones para el concurso Nuestra Belleza, en 2009; conciertos con Elton John, Sarah Brighton, telenovelas con Televisa y Tv Azteca, etcétera.
Dejo inconclusos proyectos como el Palacio de la Civilización Maya, bautizado como la “Disneylandia Maya”, en el que se gastaron 90 millones. Construyó el Gran Museo del Mundo Maya con un costo de 411 millones de pesos, pero al final dejo un adeudo de 4 mil 643 millones de pesos, pagaderos a 21 años. Todo un fracaso financiero.
En la conferencia de prensa que dio hoy, la señora Ortega fue fiel a su espíritu crítico, y aunque se le reconoce su valor en lo que dice, la realidad es que parece un Mauricio Cerda Galán o un Juan Alonso Camarillo: hablan mucho, pero poco o nada consiguen. Y es que no hay vocación vanguardista en el PRI. Es el mismo PRI de 1929, el PRI de siempre. De 1929 a la fecha el partido ha cambiado dos veces de siglas y eso parece ser su mayor logro.
Claro, ya es ganancia que las disidencias no se combatan con balas, como sucedió en 1929, en 1940 y en 1952
Raúl Hernández Moreno