Nacional

ANAYA, DESCARRILADO

El dirigente del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés, exigió de más y ahora obtiene dura respuesta a sus exageraciones en la negociación de las elecciones del Estado de México y de Coahuila. Apapachado por Los Pinos, ahora es defenestrado. Bastó rascar un poco a sus propiedades y a las de su familia política para descarrilarlo. Ricardo no llegará como candidato presidencial del PAN en el 2018.

Anaya se alejó de sus benefactores políticos y quiso imponer condiciones y que se le cumplieran acuerdos oscuros. Su alejamiento del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, ha sido su alejamiento del presidente Enrique Peña Nieto. Ahora Ricardo tiene que enfrentar no sólo el golpe mediático, sino también los golpes al interior del partido y, si la situación se endurece más, hasta golpes de los tribunales.

A Ricardo se le acusa de un crecimiento exponencial de sus bienes y de su familia política. El periódico El Universal documentó que “en casi tres lustros la familia política de Anaya Cortés, que encabezan sus suegros Donino Ángel Martínez Diez y Maribel Natalia Franco, logró ampliar un imperio inmobiliario, al pasar de cuatro a 17 empresas e incrementar de seis inmuebles –que tenían un valor de 21.9 millones de pesos– a 33, con un precio aproximado de 308 millones de pesos”.

Ricardo acusa de golpeteo mediático el crecimiento exponencial de su patrimonio, lo calificó como “infamia”. Anaya reduce el “escandalito” a la discusión sobre el pase directo del procurador general de la República, Raúl Cervantes, para convertirse en fiscal general. Al mismo tiempo, asegura sin confirmar que recibió amenazas de plegarse o enfrentar “información difamatoria de un presunto enriquecimiento irregular”.

Por lo pronto, la percepción que se impone es el enriquecimiento inexplicable de Anaya y su familia, no el de coaccionarlo en el asunto del procurador-fiscal. El expediente de posible corrupción de Ricardo apenas empieza a deshojarse, vendrán más datos, más propiedades, más “inversiones”.

Ricardo Anaya Cortés ya es prescindible para el sistema porque su presencia en las elecciones no fragmenta el voto ni lo trasvasa al PRI. Para Los Pinos siempre será mejor tener de candidata panista a Margarita Zavala quien, al menos, dividiría el voto del 2018 tratando de equilibrar el 30 por ciento para el PAN, 30 para Andrés Manuel López Obrador y 30 para el candidato de Peña Nieto.

¿Y Rafael Moreno Valle? El siguiente, a cada res le llega su matancero

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