Nos esperan años difíciles, muy difíciles
La lucha por la presidencia de la República ya empezó, como era de esperarse. Los partidos políticos afilan sus armas y surge una feroz competencia interna por alcanzar la ansiada candidatura presidencial. Morena se cuece aparte.
Su dueño, Andrés Manuel López Obrador, camina por lo pronto en aguas tranquilas, pues su lucha no es hacia el interior de su partido, sino contra los candidatos que finalmente resulten ganadores en el PRI y el PAN y sus respectivas alianzas con “la chiquillería”, incluyendo en ésta al PRD, partido de izquierda que ha perdido fuerza y busca salvar la cara a través de una extraña alianza con el PAN, partido que representa las corrientes de derecha ¿Se trata sólo de una alianza electoral? ¿O se pondrán de acuerdo en los principios a seguir? Estamos, sin duda, en un nuevo e interesante escenario con múltiples problemas a vencer, particularmente, por una parte, la designación de candidatos de unidad y, por otra, los principios que sostendrán en su plataforma política y que Alejandra Barrales, en lo que toca al PRD, los ha expuesto como sigue:
1. Crear un auténtico Estado Social y Democrático y de Derecho, con finanzas sanas y con capacidad para promover el crecimiento económico y una justa distribución de la riqueza.
2. Aplicar una política de tolerancia cero a la corrupción y a la impunidad.
3. Construir una economía social de mercado que supere la exclusión y privilegie a los sectores más vulnerables.
4. Fortalecer el mercado interno, recuperar la soberanía energética, impulsar el empleo y revertir el deterioro del poder adquisitivo del salario. Asimismo, mejorar la calidad de la educación y potenciar la ciencia y la tecnología como sustentos de una mayor competitividad.
5. Adoptar nuevas políticas sociales que erradiquen la pobreza extrema, aplicar la renta mínima garantizada y un Régimen Universal de Seguridad Social.
6. Fortalecer las políticas industrial y agroalimentaria, fortalecer la economía productiva por sobre la especulativa para generar demanda efectiva, empleos suficientes y salario digno.
7. Fortalecer a las instituciones encargadas de la seguridad pública e implementar una estrategia de seguridad basada en el mando coordinado, la policía de proximidad y la participación ciudadana.
8. Garantizar el pleno respeto de los Derechos Sociales y Humanos.
9. Impulsar una reforma del Estado para transitar a un nuevo régimen donde el poder legislativo funcione como un real contrapeso de la presidencia.
10. Ciudadanizar las instituciones políticas y expandir los métodos de la democracia participativa.
11. Desplegar una política exterior de Estado soberana e incluyente que contrarreste los efectos de la política de odio del gobierno de Donald Trump hacia México.
Estos once principios generales parecen sensatos y representan un buen punto de partida.
Parece ser que no se trata sólo de una mera alianza electoral, sino de la conformación de un gobierno de coalición, experiencia nueva que nosotros aplaudimos, no sin antes advertir el riesgo de que se descarrile en el camino. Seamos optimistas y pensemos que todo esto llegará a buen puerto. Mañana será otro día