El penal de Ciudad Victoria, y en general todas las prisiones de Tamaulipas, “desde hace mucho tiempo son un foco rojo para nosotros”, afirmó hoy Ruth Villanueva, tercera visitadora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En conferencia de prensa, con motivo de la presentación del “Diagnóstico nacional de supervisión penitenciaria 2016”, elaborado por la CNDH, Villanueva Castilleja proporcionó además cifras sobre la mala situación de las cárceles de esa entidad:
“Tamaulipas es el quinto estado más mal calificado por nosotros. Tiene una calificación de 4.95. Mientras que la cárcel de Victoria tiene 4.50%”, dijo.
De esta manera se refirió al penal de Ciudad Victoria, donde entre el martes y el miércoles pasado se desató una balacera que dejó un saldo de siete muertos y 13 heridos.
Villanueva Castilleja agregó:
“En este momento hay visitadores nuestros en Ciudad Victoria. Están dentro de la prisión y también hablando con familiares de los reclusos”.
Luego dijo no tener información sobre las organizaciones criminales que operan al interior de ese penal, puesto que a la CNDH no le compete hacer ese trabajo. Explicó:
“Nosotros no investigamos delitos. Ni investigamos a qué organizaciones pertenecen los reclusos. Nuestro trabajo se centra solamente en investigar las violaciones a los derechos humanos que sufren los internos”.
También enumeró una larga lista de prisiones que, como la de Ciudad Victoria, tienen “problemas de autogobierno”. Y mencionó a las cárceles de Culiacán, Los Mochis, Nogales, Matamoros, Torreón, Juárez, Durango, Chilpancingo, Acapulco, Morelia, Uruapan, Fresnillo, Tula, Tapachula y San Cristóbal de las Casas, entre muchas otras.
Luego aclaró que algunas de estas prisiones ya tienen “semáforo rojo en materia de autogobierno, cogobierno o sobrepoblación”, por lo que su situación ya es muy crítica. Mientras que otras tienen “semáforo verde” o “semáforo amarillo”.
Abundó:
“El autogobierno es parte de un proceso que proviene de la corrupción y de la falta de personal apropiado en las prisiones, pues sabemos de casos en los que los custodios les piden ayuda a los internos. Esto no debería darse”.
Los miembros de la delincuencia organizada –declaró enfática– no deben estar ni en las prisiones municipales ni en las estatales, “deben estar solamente en los centros federales”.
Y para evitar que los visitadores de la CNDH sufran agresiones o amenazas dentro de las cárceles, Villanueva Castilleja indicó que éstos siempre llevan puestos chalecos con las iniciales muy visibles de esa dependencia. “Hasta el momento, no tengo registro de que hayan sufrido algún tipo de amenaza”, aclaró.
Y respecto del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, indicó que presenta un panorama general sobre la situación que guardan 42 prisiones municipales, 131 estatales, 19 federales y tres militares.
Las principales “deficiencias” que se detectaron en estas cárceles, dijo, son sobrepoblación, hacinamiento, mal perfil de su personal e instalaciones inadecuadas.
Enseguida lamentó que continúen dándose privilegios dentro de las prisiones, ya que mientras 15 reclusos pueden vivir hacinados en una celda, en otra puede vivir uno solo, disfrutando de todas las comodidades, como tener televisión y horno de microondas.
Igual señaló que las prisiones mexicanas aún están muy lejos de cumplir con las reglas internacionales en la materia, como las dictadas por la ONU, las cuales señalan, por ejemplo, que no debe haber más de mil internos recluidos en un centro penitenciario.
“Pero aquí en México los nuevos centros penitenciarios están diseñados para tener, cada uno, un mínimo de 2 mil reclusos”, dijo.
Villanueva Castilleja también señaló que “no debe haber militares” a cargo de las cárceles, ni tampoco deben juntarse procesados con sentenciados. Pero aun así, concluyó, estas prácticas siguen dándose en el sistema penitenciario mexicano.