Por Oscar Díaz Salazar
En la «mira» de los afectados por el cierre de sus negocios, se colocó el subsecretario de Finanzas del gobierno del estado de Tamaulipas, Arturo Soto Alemán.
Al situarse al frente de los operativos para la clausura, cierre definitivo y/o suspensión de labores de bares, cabarets, cantinas, depósitos, expendios de vinos y licores, casinos y «yonques», el ex aduanal que fue candidato a la presidencia municipal de Ciudad Victoria, Arturo Soto, asumió la responsabilidad por las acciones del gobierno que mucho afectan a los propietarios y regenteradores de estos negocios, les pega directo al bolsillo, y como se sabe, se trata de negocios muy lucrativos.
El protagonismo de Soto Alemán, lo situó en una posición de muy alto riesgo de sufrir represalias de los afectados y por eso es que se le ha dado crédito a la versión de que la persona asesinada en días pasados a bordo de una lujosa camioneta estacionada en céntrica avenida de Ciudad Victoria, era el chofer o asistente de Soto Alemán.
Aunque la versión de que ese crimen iba dirigido al subsecretario Soto Alemán fue negada por los voceros del gobierno, se mantiene la sospecha de que se trató de un atentado y mensaje dirigido al funcionario que ha asumido personalmente la tarea de cerrar las fuentes de financiamiento de la delincuencia organizada.
Tal vez por sus antecedentes de agente aduanal o por sus ansias de protagonismo, lo cierto es que Soto Alemán decidió dar la cara y encabezar las acciones que le trajeron fama y riesgo (no se sabe si también fortuna), como no lo hicieron por ejemplo el subsecretario de Transporte en la revisión y decomiso de vehículos usados como taxis piratas, o el de Desarrollo Urbano que con el argumento del uso de suelo pudo actuar en los temas de los yonques o deshuesaderos de vehículos y en el de los casinos.
Dicen que «la cabra jala pal monte» y el dicho aplica para Soto, que, todo indica, le gusta actuar como policía.
Esperemos que no se haga realidad el pronóstico de que Arturo Soto Alemán será el mártir de la lucha del gobierno de Tamaulipas contra la corrupción, la ilegalidad, los negocios turbios y los giros negros. Más vale que le tantee el agua a los camotes porque al paso que lleva puede terminar con un «corrido» y una placa.
