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PEÑA, UNIDO A SALINAS DECLARA LA GUERRA; VAN POR «CARRO COMPLETO»

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- No hay ruptura ni distanciamiento: Carlos Salinas, el arquitecto de la plutocracia en México y artífice del exterminio de opositores, retoma su dominio sobre Enrique Peña Nieto y, con su sobrina Claudia Ruiz Massieu como secretaria general del dinosáurico PRI, orquesta ya la sucesión presidencial de 2018.

Este sábado 4, Salinas no estuvo físicamente presente en la ceremonia del 88 aniversario de la creación del PRI, pero su influencia se evidenció con el ungimiento de su sobrina Claudia –sustituyendo a la prima de Peña–, la ausencia de Luis Videgaray –el verdugo de ésta en la Cancillería–, el consolidado electo de salinistas en el gabinete y, sobre todo, el pendenciero discurso de Peña.
Desde las mazmorras de la popularidad, a las que fue enviado por 90% de los mexicanos, Peña evidenció que su llamado a la unidad nacional fue sólo una argucia para encubrir su vasallaje ante Donald Trump y se muestra como un conteniente más en las elecciones de éste y el próximo año, con el discurso que no hay más ruta que la suya.
Peña ha renunciado a ser jefe de gobierno y jefe de Estado para convertirse en el comandante de su partido y ganar, a como dé lugar, las cuatro elecciones de este año y la presidencial del próximo, igual que hizo Salinas en su sangriento sexenio de 1988 a 1994, cuando fueron asesinados más de 200 opositores, sobre todo perredistas, y cuando acaeció la sospechosa muerte de Manuel Clouthier del Rincón.

“Vamos por cuatro triunfos. Vamos a ganar en el Estado de México, Nayarit, Veracruz y Coahuila. Vamos a ganar por México”, advirtió Peña proclamando el “carro completo” que anticipa el uso de las peores prácticas, como la avasallante propaganda del gobierno federal en televisión, radio y todos los medios, sobre obras en el Estado de México, donde pretende irse a refugiar.

Con Claudia Ruiz Massieu en la secretaría general del PRI, Salinas tiene en el añoso partido a la operadora para decisiones clave, articuladas con sus testaferros de primer nivel en el gabinete: Aurelio Nuño y sus brazos operativos como subsecretarios, Otto Granados y Javier Treviño, así como José Carreño Carlón, director del FCE, y su hijo, Paulo Carreño King.

Tras la defenestración de Claudia Ruiz Massieu, que él mismo operó, se especuló que Videgaray había descarrilado a Salinas y a su proyecto presidencial que incluía a su sobrina favorita y a Nuño Mayer, pero la designación de Carreño King como director de Proméxico desmiente tal aserto.

Salinas mantiene en la primera línea del gabinete, además, a su concuño José Antonio González Anaya, el director de Pemex que sustituyó a otros de sus incondicionales, Emilio Lozoya Austin –hijo de Emilio Lozoya Thalmann, uno de sus amigos de la juventud–, y a Andrés Massieu Fernández, hijo de Andrés Massieu Berlanga, su secretario particular durante todo su sexenio.

Pero personeros de Salinas no están sólo en el PRI: Salinistas prominentes pueblan sobre todo el PAN, con Diego Fernández de Cevallos y Miguel Ángel Yunes en primerísima fila, y también en organismos de apariencia ciudadana, como los que encabeza Claudio X. González Laporte, hijo de Claudio X. González Guajardo, de repentino activismo contra la corrupción.

Ya se verá que, poco a poco, se va ir configurando el nuevo ensayo del continuismo: Un gobierno de coalición, diseñado e impulsado por el rehabilitado Manlio Fabio Beltrones, “un gobierno de unidad nacional”, como a su vez lo define Santiago Creel, el impulsor de Ricardo Anaya como candidato presidencial del PAN…

Apuntes

El exgobernador Rafael Moreno Valle y el diputado federal Ulises Ramírez tuvieron la vergüenza de no asistir a la unción de Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN al gobierno del estado de México, pero otros que también la traicionaron en la elección de 2012 ahí estuvieron sonrientes, aplaudidores, hipócritas: Miguel Ángel Yunes, Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón, este último su principal verdugo.

Calderón asistió para tener la coartada de que si es derrotada no fue porque él transó con Peña, sino porque siempre ha sido una mala candidata. Y si gana, exigir el mismo método para que su mujer, Margarita Zavala, sea ungida.

Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado

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