MÉXICO Y EUROPA AÚN SE PUEDEN SALVAR
Uno de los mejores antídotos contra el populismo es la solidaridad pues el populismo florece precisamente por el egoísmo.
La Unión Europea se vistió de gala para conmemorar 60 años del Tratado de Roma que dio origen a la Comunidad Económica Europea. De acuerdo con uno de los sondeos más recientes de Eurobarómetro, las palabras que vienen a la cabeza de los europeos al pensar en este aniversario son: “esperanza” y “nada” 26% (empatados), “satisfacción” 12%, “decepción” y “preocupación” 8% (respectivamente) y “orgullo” 7 por ciento.
En el marco de la celebración, el Papa Francisco recibió a todos los líderes europeos y les advirtió que hay amenazas que requieren respuestas inmediatas y contundentes: el populismo, la inmigración, el empobrecimiento y la creciente tendencia a “homogeneizar” las diferencias. “Cada organismo que pierde el sentido de su camino, que pierde este mirar hacia delante, sufre primero una involución y al final corre el riesgo de morir”, les dijo.
Es evidente que los “líderes” cada día se alejan y desconectan más de las personas a las que supuestamente representan. Una combinación de egoísmo exacerbado y ambición desmedida por mantener el poder les han impedido prevenir y resolver de manera creativa y efectiva los problemas que hoy amenazan la unidad.
Por ello, el Papa advirtió que uno de los mejores antídotos contra el populismo es la solidaridad, pues el populismo florece precisamente por el egoísmo. El llamado a la unidad es más urgente que nunca y exige el respeto a la libertad de cada persona y de cada país.
Los problemas que enfrenta Europa no son muy distintos a los que enfrenta México. La decepción de millones hacia las instituciones y los malos líderes (inmersos en escándalos de corrupción) supone un peligro, pues es precisamente en un estado de vulnerabilidad cuando los caudillos mesiánicos aparecen con respuestas cortas y soluciones automáticas que prometen lo que jamás podrá suceder.
“No existe verdadera paz cuando hay personas marginadas y forzadas a vivir en la miseria. No hay paz allí donde falta el trabajo o la expectativa de un salario digno. No hay paz en las periferias de nuestras ciudades, donde abunda la droga y la violencia”, afirmó el Papa.
Si México, como la Unión Europea (expresada en un conjunto de personas, instituciones y países), no revalora y reconoce la urgencia de defender la vida, dignidad y libertad de cada persona; si no promueve y elige a una nueva generación de líderes mucho más empáticos, capaces de generar soluciones más creativas y resilientes, corre el riesgo de caer en una espiral de regresiones múltiples que pueden resultar en algo peor. Aún estamos a tiempo.