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La FGR no suelta a Cabeza de Vaca

Sin Filtros; por Brenda Ramos

Francisco García Cabeza de Vaca nuevamente se envalentona, muestra un papel y dice que la justicia le dio la razón. Como si con una carta de Interpol pudiera anular años de investigación, como si con un trámite administrativo pudiera desaparecer las acusaciones de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Pero sus afirmaciones están muy lejos de la realidad porque, lo que Interpol hizo fue suspender su ficha roja, no porque sea inocente, sino porque la justicia mexicana aún tiene un amparo en revisión. Es un tecnicismo legal, un trámite burocrático que ocurre cuando un caso lleva más de seis meses sin una resolución definitiva. Pero en tiempos de guerra política, cualquier respiro se vende como victoria.

Cabeza de Vaca y su equipo de abogados saben que en la opinión pública la percepción pesa más que los hechos. Por eso, aprovechan la suspensión como un triunfo, cuando en realidad la FGR sigue en la batalla legal para reactivar la ficha roja y evitar que el caso quede en el olvido. El amparo que lo protege aún no es definitivo, la impugnación sigue su curso, y si la fiscalía hace lo que debe, el exgobernador podría volver a ser buscado internacionalmente.

Ahora bien, no es la primera vez que se ve este tipo de maniobras. Tamaulipas ha sido tierra fértil para este tipo de historias. El exgobernador que se escapa. No es el primero ni será el último. Todos con el mismo guion: cuando las cosas se complican, cuando los números no cuadran, cuando las cuentas se revisan, Estados Unidos siempre es la salida de emergencia. Pero no es una casualidad, es una estrategia.

Porque, Cabeza de Vaca no es solo un exgobernador con problemas legales. Es un ciudadano con doble nacionalidad que, cuando ve que la justicia mexicana le pisa los talones, cruza la frontera y se convierte en un “perseguido y refugiado político”.Por lo que, la pregunta es obligada: ¿hasta cuándo va a seguir esta historia?

Pero, este no es solo un caso más de impunidad. Es un reflejo de un vacío legal que México ha permitido durante demasiado tiempo. ¿Hasta cuándo los que gobiernan en México van a tener una vía de escape en otro país? ¿Hasta cuándo se va a permitir que un funcionario con acceso a información estratégica y recursos públicos tenga pasaporte estadounidense listo para cuando las cosas se pongan difíciles?

No se trata de cerrar puertas ni de excluir a nadie, se trata de cuidar y defender la soberanía. Si vas a gobernar México, entrega tu otra nacionalidad. Si vas a manejar recursos públicos, hazlo con la certeza de que, si fallas, responderás ante la justicia de este país. No más gobernadores que, cuando se ven acorralados, corran a la Embajada. No más discursos de persecución cuando el único hilo que separa a un prófugo de un político es el país en el que pisa.

Ante este tema, el Artículo 32 de la Constitución Mexicana ya establece restricciones a la doble nacionalidad en ciertos cargos, como en el Ejército o la Marina. Sin embargo, los puestos de elección popular han quedado en una zona gris. Justo lo que acaba de pasar con el exgobernador, debería ser más que suficiente para cerrar ese vacío legal y garantizar que quienes gobiernan en México no tengan una vía de escape asegurada cuando las cosas se ponen difíciles.

En cuanto a la ficha roja del INTERPOL, este caso no debe quedar en un simple forcejeo de declaraciones entre la FGR y los abogados de Cabeza de Vaca. La fiscalía tiene que acelerar la impugnación del amparo y cerrar cualquier resquicio legal que permita al exgobernador seguir evadiendo la justicia. También debe fortalecer la cooperación internacional con el Departamento de Justicia de EE.UU. y plantear la necesidad de revisar los acuerdos de extradición para políticos con doble nacionalidad. Si es necesario, se debe solicitar una nueva orden de aprehensión por delitos adicionales, evitando que el caso dependa de una sola línea de investigación.

Además, la Ley de Extradición Internacional establece que la entrega de un prófugo solo procede en términos de los tratados vigentes. Si la FGR quiere garantizar que este caso no se archive, debe fortalecer la cooperación diplomática para que Cabeza de Vaca enfrente la justicia en México.

Si esta historia termina como las anteriores, con un político paseándose por Texas y dando entrevistas sobre “la dictadura mexicana”, entonces el mensaje será claro: en este país, el que puede, huye.

Pero si la FGR hace lo que debe y si el Congreso de la Unión toma en serio la urgencia de cerrar este vacío legal, entonces la historia será otra.

Porque la justicia no se borra con un documento. Y la verdad, aunque la crucen a otro país, siempre encuentra la forma de regresar.

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