UN BASURERO…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Un basurero…
La gran mayoría de los 43 municipios de Tamaulipas son un basurero, muchos de ellos exhiben en cada una de las esquinas, de cualquiera de sus colonias, verdaderas torres de desperdicios.
¿Quién tiene la culpa?, ¿la gente que es cochina y saca su basura a sabiendas de que no pasará un camión recolector y que los perros, también propiedad de ellos, la van a dispersar?, ¿las autoridades municipales que no hacen su chamba?, ¿todos?.
Responder es demasiado sencillo, en el problema estamos todos, culpa sin duda de que las calles sean un basurero la tienen las autoridades municipales que no cumplen con su función, que son buenas para cobrar multas, derechos, impuestos como el predial pero muy malas para cumplir con su obligación.
La gente también es responsable ya que no se puede ser tan cochino, si se sabe que no pasan los camiones los desperdicios se deben dejar en bolsas o en depósitos donde no contaminen ni provoquen malos olores mientras se le exige a la autoridad que cumpla con su obligación.
Por supuesto, para exigirle a la autoridad se tiene derecho a acudir a todas las vías de presión posibles, empezando con marchas, manifestaciones, exhibirla por incapaz o corrupta, llevar la basura a la presidencia municipal, lo que sea necesario.
Ahora, así como se tiene derecho a exigir también el pueblo debe estar consciente de que la autoridad puede llamarlo a cuentas por no hacer las cosas de manera correcta, es decir, que pueden recibir una sanción en caso de tirar la basura en la calle los días que no pasará el camión o después de que este lo haya hecho.
La realidad es que, le insisto, la gran mayoría de los 43 municipios de Tamaulipas sufren con los desechos, son verdaderos basureros que lo mismo contaminan escuelas que sitios donde se reúne la gente a divertirse por las tardes.
El tema viene a colación porque en el municipio de Victoria el alcalde Oscar Almaraz anunció la compra, con el apoyo del gobierno estatal de Francisco García Cabeza de Vaca, de 25 camiones compactadores, sus colaboradores afirman que en 15 días tendrán regularizado el servicio, que no habrá una sola colonia donde no pase el camión, de preferencia, tres veces por semana.
Según la autoridad municipal habrá un coordinador responsable para cada sector con sus respectivos inspectores, que difundirán las rutas, sus días, de preferencia los horarios, pero que además tendrán un programa de mantenimiento de unidades que impedirá, en lo posible, descomposturas graves para que anden al cien por ciento todos los días.
Esa es la parte bonita, la otra parte es que a partir de que se regularice el servicio y se garantice la recolección de basura con eficiencia los mismos inspectores apoyados por vecinos de cada sector participarán en una especie de vigilancia para multar a los que saquen la basura luego de que haya pasado el camión o en un día que no sea el que le toque pasar al mismo, no solo eso, se prevé que las sanciones sean altas, esto con la intención de que la ciudad vuelva a ser aquella ciudad limpia y amable que nos caracterizó por años.
A fuerza de ser sinceros la verdad es que esta gente nuestra parece no entender de otra manera, da la impresión que solo pegándole en el bolsillo entenderá que hay cosas que son incorrectas, como el sacar la basura a la calle cuando no pasa el camión.
Miré, va un ejemplo, corría la administración de Alvaro Villanueva Perales, también en la capital de Tamaulipas, y en los primeros días de la misma hubo por lo menos cinco o seis jóvenes muertos en choques provocados por conductores borrachos, también se afectó a gente inocente, como a un corredor que a las seis de la mañana fue arrollado y muerto por un borracho que perdió el control de su unidad, a partir de eso la autoridad hizo foros, escuchó a la gente, se decidió implementar operativos antialcohol y multar, pero no con los 300 pesos que en aquel tiempo estaba estipulado en el reglamento sino modificarlo para que fuera en miles de pesos, a quienes infringieran las leyes de tránsito.
Cada fin de semana el operativo recorría cruceros de la ciudad, multaba con cuatro o cinco mil pesos en promedio hasta a 100 conductores ebrios a quienes además les quitaban los coches, algunos de ellos hijos de pudientes y políticos, al principio dijeron que era un sistema recaudatorio, hubo quejas, presión hasta de los poderosos que se sentían ofendidos, al paso de los meses notaron que había pasado mucho tiempo sin muertos, sin borrachazos, que las multas y el exhibirlos con los padres a los jóvenes funcionó.
Pues es lo mismo con la basura, si la autoridad se compromete a cumplir pues bien hace en obligar al ciudadano a hacerlo, ahora, cuando el municipio no tenga capacidad de recolectar la basura la gente tendrá todavía más derecho a exhibirlos, a quejarse, a manifestarse, créalo, solo así tendremos una vez más una capital digna, limpia, amable.
En el resto de los municipios en realidad no se sabe que hacen, a gran mayoría de ellos han preferido aguantar la crítica de la gente, ni siquiera se mueven para gestionar, si, ellos se han quedado conformes con ser un basurero entonces la gente igual debe hacerlo algo, exigir, obligarlos a trabajar.
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