Adiós Alcalde
Sopa del día
Opinión Editorial
Se acabó. Quieran o no, los canturosistas dejan el poder. Quizá, eso sí, en manos de gente de su confianza, pero el -ya próximo ex- presidente municipal Carlos Canturosas entregó ayer su último Informe.
Dijo, como remate que su paso por la alcaldía no es un adiós, sino un hasta pronto. ¿Hasta pronto de qué?, es la pregunta.
“¡Yo no tengo duda, y ustedes no deben tenerla. Esto no es un adiós, sino un hasta pronto!”, remató en su último Informe como Alcalde de la administración 2013-2016.
Quizá Canturosas ya sabe que quiere regresar al poder político dentro de unos meses, porque la administración de Enrique Rivas sólo durará dos años.
Rivas tendrá pleno poder durante un año, porque al segundo ya empezarán los preparativos y las elecciones para empatarlas con la elección federal, en la que se elegirá Presidente de la República, diputados federales, senadores y alcaldes. Todo cambiará menos los gobernadores.
Hasta pronto, es entonces un anuncio de su pronto regreso a la arena política.
¿Y en qué estado deja Canturosas a Nuevo Laredo?
La respuesta puede darse en muchos aspectos y con variados matices. El más importante, desde el punto de vista político, es el de la calificación del ciudadano.
Hubo efectivamente aciertos, como la construcción de la Biblioteca Octavio Paz, a la que se destinaron 15 millones de pesos.
Otro acierto incuestionable es la construcción de dos preparatorias públicas, una de ellas incluye también una secundaria. Los edificios que se entregaron tienen características de espacio y arquitectónicas adecuadas.
En el sentido de los pendientes, Canturosas también deja cientos de calles dañadas. Los baches parecen caer como maldición en zonas que supuestamente ya están pavimentadas.
Los hundimientos son constantes en sectores donde a veces es intransitable el tráfico.
La iluminación falla en sectores, y en otros el alumbrado LED fue un fracaso, por lo que tuvieron que retirarlo.
La ciudad tuvo, afortunadamente, menos violencia. Pero eso no es suficiente, aún falta mucho -y quizá nunca- para que regresen las familias que se fueron a vivir al otro lado.
Se abrieron más empleos formales, cierto, pero eso es difícil de atribuirlo al gobierno, porque en el mismo sentido también se fue la Universidad Valle de México, y cerró la tienda SAMs en la Reforma.
En transparencia, faltó detallar los gastos de millones de pesos en construcciones y servicios. Muchas de las obras se entregaron por asignación directa –o sea sin licitación y concurso de por medio-. Obras grandes las repartieron en pedacitos, y así las entregaban a discreción, un poquito para todos, sin necesidad de transparentar por qué.
Algunas de estas obras, se retrasaron. Otras fueron herencias, claro, como el caso de los colectores, con los que nos endeudaron, pero hasta el momento no hay a quién se le castigue.
La denuncia que puso la administración de Canturosas contra ex funcionarios se dio precisamente en época electoral. Pasada la elección, el silencio llenó los vacíos.
Los triunfos, aciertos y faltas de Canturosas deben evaluarse con objetividad, principalmente por usted, apreciable lector.
Una reflexión es importante: con Canturosas reafirmamos que los ciudadanos efectivamente tenemos el derecho de poner y quitar a los funcionarios.
Con Canturosas, hace tres años, se rompió el círculo vicioso donde sólo el PRI ganaba.
Nuevo Laredo no es azul, porque los azules quieren ver como que todo está muy bien. Tampoco es del tricolor, porque esos colores son de todos los mexicanos, y no sólo de un partido. Nuevo Laredo es de nosotros, los ciudadanos, y lo veremos del color que nosotros queramos.
A partir del próximo alcalde, se podrá reelegir o despedir, a nuestro representante. Seremos nosotros los únicos que elegiremos.
Adiós Alcalde. Hasta pronto, Canturosas.