“NO ESPERES QUE TUS VÍBORAS MUERDAN SOLAMENTE A TUS VECINOS”

Por: Mauricio Fernández Díaz

Cabeza de Vaca ¿un parteaguas entre el trato del Gobierno con la prensa adicta al poder y la prensa profesional y crítica marginada por los Gobiernos Priistas

Los medios y periodistas que en campaña atacaban sin piedad al electo, hoy son sus más grandes admiradores

Han sido 86 años en los que la prensa, los medios de comunicación en Tamaulipas se han sometido a los dictados del gobernador en turno.

Ya sea por presiones económicas, intimidación o conveniencia la inmensa mayoría de los dueños de medios, periodistas, reporteros, locutores y columnistas se volvieron en algún momento simples portavoces asalariados del gobierno en turno.

Dejaron de escribir para informar, para ser un contrapeso crítico del gobierno, para ser portavoz de las inquietudes, dudas y necesidades de la población convirtiéndose en redactores de boletines color de rosa de las actividades de quienes ejercen el poder; vaya, esa correa transmisora con la que el ciudadano llevaba su voz hasta las instancias gubernamentales casi se extinguió, desapareció de los medios escritos para encontrar un nicho, un lugar en las redes sociales donde su poder e influencia es ya innegable.

Los periódicos viven de los convenios que les dan los gobiernos y eso no es malo; lo criticable es que a cambio de ese dinero se conviertan en silenciosos cómplices de sus tranzas, saqueos y corrupciones

Es tan notoria y obvia esa complicidad que el ciudadano común pasó, de creer todo lo que leía en los medios a ser un escéptico contumaz de todo aquello que se publicara en periódicos identificados con el Gobierno; su oflato supo distinguir perfectamente y rechazar todo aquello que oliera a oficialismo, a incienso, a flores.

El amasiato entre Gobierno-Medios llegó a tal extremos que la familia Cárdenas y Tomás Yarrington fundaron un imperio periodístico con dinero salido de la Secretaria de Finanzas.

Maquinaria, oficinas, edificios, reporteros y toda la plantilla completa de esos medios era –o es- pagada por el Gobierno Estatal.

Los convenios con estas empresas periodísticas son millonarios, esto debido a que el Gobernador en turno, en este caso Egidio Torre sabe bien que parte de ese dinero va a parar a manos de los verdaderos dueños de las empresas, o sea los ex gobernadores.

A cambio reciben protección, callan cualquier crítica, ensalzan el menor acto del mandatario y atacan a los opositores al sistema bajo el disfraz de “columnas críticas”, mismas que jamás dan el mismo tratamiento al PRI y menos al gobernador o sus Secretarios.

Eso a pesar de que saben perfectamente que los medios impresos han sido rebasados por los digitales; mientras uno de los periódicos llamados «Grandes» vende entre 1000 y 2000 ejemplares diarios, las visitas a los portales de noticias rebasan las 40 o 50 mil lecturas diarias.

En este Gobierno, personajes de baja estofa y sin escrúpulos como el actual Director de Comunicación Social Guillermo Martínez García y sus Directores de área como Karla Cabrera, Jose Manuel Flores Montemayor, Rodolfo Peña y Jorge Vela Villarreal son los encargados de realizar el “trabajo sucio” contra aquellos medio o periodistas que no siguen las consignas de su jefe o se rebelan a sus órdenes.

Ese trabajo sucio va desde boicotearlos en las ruedas de prensa o giras del gobernador hasta amedrentarlos con “visitas indeseadas”; y no es bloof ni fanfarronería. En lo personal fui víctima de un “levantón” por parte de la policía de ciudad Victoria, encerrado y amenazado con ser desaparecido si no le “bajaba de huevos” a mis escritos en los que criticaba el actuar del gobernador.

Quien me hizo la atenta invitación en las oficinas del mismísimo Delegado de Seguridad Pública fue una persona que se identificó como “el jefe de prensa” del cartel que manda en Victoria

Esta será una historia que contaré más adelante; por ahora solo la cito como referencia para demostrar cómo se las gastan en Comunicación Social y obviamente en la Secretaria General de gobierno cuando deciden “acalambrar” a periodistas incómodos al régimen.

Yo corrí con suerte; otros colegas no fueron tan afortunados; hoy están muertos y enterrados.

LAS “VACAS SAGRADAS” DEL PERIODISMO EN TAMAULIPAS
A lo largo de estos sexenios los gobiernos han escogido a diversos comunicadores para erigirlos como los “santones” de los periodistas en el Estado.

Son los que cobran en Gobierno, en las Secretarías de Salud, de Educación, en la UAT, en SEDESOL etc.

Sus medallas más deslumbrantes son defender a sus patrones, atacar a los disidentes y exhibir a los disidentes.

Su éxito no está en su capacidad profesional para investigar, realizar reportajes de fondo o entrevistas admirables, sino en las filtraciones que reciben desde la Secretaria General de Gobierno o de Comunicación Social. Desde ahí les dicen lo que está pasando y lo que va a pasar, por lo que siempre le “atinan” en sus columnas y van generando credibilidad.

Lo mismo sucede con los diarios y el portal portavoz del gobierno, Hoy Tamaulipas que fue creado y financiado por Ricardo Gamundi y sirve como medio de difusión para Gobierno del Estado y municipales.

Cabe mencionar que varios de los reporteros que laboran en los diarios propiedad de los ex gobernadores cobran en varias secretarias, más esto es imputable a la empresa para la cual trabajan ya que en su afán por no pagarles les gestionan ante los Secretarios de Salud y Educación principalmente plazas con las cuales compran la lealtad de por vida del reportero y ahorran lo que deberían pagarles como sueldo.

LAS NUEVAS RELACIONES DE CABEZA DE VACA CON LOS MEDIOS
La gran incógnita que flota en el ambiente del gremio periodístico es si la nueva administración mantendrá el viejo andamiaje de “No te pago para que me pegues” o dará un giro de 360 grados en su trato con los medios de comunicación impresos y digitales.

Si decide realizar ese cambio, esa limpia para no seguirle entregando millones a los ex gobernadores a cambio de halagos y silencio cómplice, estaremos en la antesala de que en Tamaulipas salga a la luz el verdadero periodismo, ese que señala lo que no está bien, el que critica los abusos y omisiones del gobierno y escucha con atención las corrientes de opinión que va generando la sociedad.

Un ejemplo: La tendencia y expectativa de los tamaulipecos es en el sentido de que Egidio Torre Cantu y sus secuaces sean investigados y castigados por sus presuntos delitos.

Quienes lo hemos estado señalando estamos conscientes de que ese es el pulso civil y que de una u otra forma el Gobernador electo debe hacer eco de esa exigencia.

Si lo hace habrá una comunión entre sociedad, medios y gobierno; Caso contrario la presión por no cumplir las expectativas se dejará sentir en los escritos de esos periodistas que en la Administración anterior fueron tan incómodos para Egidio torre Cantú y que, fieles a su estilo seguirán siendo los portavoces de una sociedad que exige una mayor participación en la toma de decisiones. ¿Cómo reaccionará ante estas críticas quien sea designado como director de Comunicación Social?
Aquí, la tolerancia ante los señalamientos será fundamental para un adecuado ejercicio de la democracia.

Caer en el error de premiar a los aplaudidores profesionales, de favorecer de nuevo a quienes hacen del periodismo una mercancía y no una profesión, a los aduladores de antaño que en campaña señalaban y denostaban al gobernador electo y ahora le encuentran virtudes jamás soñadas sería un grave, garrafal error.

Los “vientos de cambio” deben soplar también en esa área medular que es la Comunicación Social, desterrando viejos vicios e implantando una nueva relación profesional Medios-Gobierno.

Nada hace más daño a un Gobernador que una prensa complaciente y acrítica.

Recuerden: No esperes que tus víboras muerdan solamente a tus vecinos; en cualquier momento pueden hacerlo contigo.

PD.-En toda partida financiera del gobierno en los tres niveles existe un rubro para ejercer la obligación del gobernante de informar al pueblo de lo que esta haciendo y la Dirección de Comunicación Social es la encargada de realizar los denominados convenios que no son otra cosa que un pacto comercial en el cual quien vende el servicio se compromete a publicar los boletines que le envía el gobierno o a poner a un reportero que cubra “la fuente” y siga al Gobernador o presidente en los actos para posteriormente hacer la nota y publicarla.