Gerardo Rodríguez Vega, un artista marcial, un estilo de vida diferente.
Bajo el lema hacer de lo mejor algo optimo es el verdadero espíritu del guerrero, así transcurren los entrenamientos del maestro Gerardo Rodríguez Vega director técnico de los clubs SAMOA, descendiente de un linaje de practicantes de artes marciales.
Su mama la señora Elena Vega Ortega, ostenta una cinta negra primer grado quien además actualmente se encuentra en entrenamiento activo dentro del gimnasio ubicado en la privada san pedro de Tampico.
De igual manera su hija Sarahí Rodríguez Pérez cinta negra tercer grado, su nieta Dharma Julianna Méndez Rodríguez son quienes heredan el linaje de practicantes de artes marciales difundido por el maestro Gerardo Rodríguez.
Desde esta perspectiva en maestro y practicante de artes marciales menciona que la práctica del arte marcial es un estilo de vida, para ser un buen practicante se tiene que identificar uno plenamente con este honorable arte y vivir acorde a sus principios y filosofía, de los contrario solo se es un admirador que de vez en cuando practica el arte del guerrero.
Por lo mismo invita a todos los artistas marciales a que sea cual fuere su sistema o estilo lo hagan con pasión, se entreguen a sus entrenamientos y se pongan la camiseta del guerrero bien puesta, solo de esta manera podrán entender lo que es el noble arte del guerrero.
A la edad de 51 años y con su séptimo grado de cinta negra el maestro Gerardo comenta que esta arte le ha dejado muchas satisfacciones, desde triunfos en diferentes competencias regionales y nacionales hasta llevar alumnos por el camino de la excelencia deportiva además de conducirlos por el camino del bien como seres humanos.
Mis maestros han sido varios dentro de mi formación como artista marcial, de todos guardo los mejor de sus enseñanzas y un gran afecto por haber tenido el honor de permitirme recibir sus conocimientos.
Mis aspiraciones actuales son seguir difundiendo el arte marcial y su filosofía así como dejar un legado a mi hija y mi nieta de honor, respeto, disciplina para que de cada situación óptima que se encuentren en la vida puedan hacer algo mejor –concluyo diciendo el maestro Gerardo Rodríguez Vega-