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Por Francisco Pucheta González
El colmo, cuando Egidio Torre Cantú deje la gubernatura el día último de septiembre, será un ciudadano con privilegios que ningún otro tamaulipeco tiene: cuidarán de él un verdadero séquito de guaruras con cargo al bolsillo de los contribuyentes.
Eso que el actual gobernante está considerado como un personaje ligado al monopolio de la obra pública de todo el estado, desde hace 30 años y por lo mismo tiene una gran capacidad económica para pagar su seguridad personal cuando deje el cargo que usurpó a la muerte de su hermano.
Los cuidados personales con elementos de la Sedena o de la Semar, incluyendo vehículos oficiales serán extensivos para toda su familia, dentro y fuera del domicilio que ocupan.
Fue el mayoriteo priista en el congreso el que dio el albazo al aprobar la iniciativa del mandatario para otorgarle la seguridad gratuita que pidió.
Al cuarto para las doce mañosamente los diputados de la fracción priista avalaron la iniciativa de Torre Cantú que facultará al mandatario entrante para crear la dirección de Seguridad a Personal e Instalaciones y Edificio Públicos.
A instancias de un gobernante abúlico que abrió las puertas de par en par a los cárteles de la droga para que hicieran y deshicieran a su antojo en tierras tamaulipecas, que ocupan los primeros lugares en secuestros, desaparecidos, y asesinatos, se reformaron el Capítulo VI del Título Tercero y los artículos 20 fracciones IV y V y 26 y se adicionan la fracción VI del Artículo 20 y 26 bis de la Ley de Seguridad Pública del Estado.
Señala el documento que esta dirección será la encargada de la seguridad y protección del gobernador del estado, así como los servidores públicos, personas residentes o visitantes que así lo requieran en virtud de sus funciones.
Se hace extensivo ´´a todo aquel que por circunstancias de la peligrosidad de su labor requiera de una protección adecuada para la salvaguarda de su integridad física´´, recalca el texto.
Un despacho informativo de la Agencia Reforma refiere que la iniciativa tuvo un trato de privilegio por los legisladores y avanzó con rapidez en el Congreso del estado luego de que apenas el jueves de la semana pasada se recibió en el Poder Legislativo.
Como se aprecia en las reformas de ´´fast track´´ de los artículos de la ley ya mencionada, al gobierno saliente le preocupa más su pellejo que la sociedad que está expuesta a la espiral de violencia que sacude al estado, orillándola muchas veces a su desplazamiento forzado y al abandono de su bien patrimonial (casa-habitación), ilegalmente invadidas por la delincuencia para la explotación del narcomenudeo.
En un trabajo anterior publicado a principio de mes, destacábamos la inoperancia de Egidio Torre para gobernar y su probable alianza con el narco. Mencionábamos que debe ser un tema de discusión y análisis por parte de la sociedad castigada por la violencia.
A pocos días para que desaparezca del escenario político el gobernante más gris que ha tenido el estado, las familias se conmocionan y piden el ingreso inmediato de la transición que ocurrirá en octubre.
´´Egidio no recompuso su rumbo y ni siquiera hizo por el esclarecimiento del asesinato de su hermano Rodolfo. Así se la pasó los 6 años, sin importarle el reclamo de la vindicta pública que exigió claridad meridiana del acontecer tamaulipeco´´, decíamos también.
Lejos de eso evadió su responsabilidad y no atacó de manera frontal los problemas que traslapan el ánimo de las gentes.
Sus declaraciones en torno a las masacres, crímenes, desapariciones, secuestros y levantones lo exhiben como torpe e irresponsable porque nunca aludió al problema de los tamaulipecos y si permitió que los criminales se adueñaran de la situación prevaleciente en las entidad.
El exabrupto que se manifestó en todo Tamaulipas engrandecido por la violencia y los crímenes que opacaron el desarrollo, golpearon severamente el crecimiento regional, refiriéndonos a la zona fronteriza.
Lo acontecido en las últimas fechas fortalece el señalamiento de la ex diputada y abogada michoacana Thalía Vázquez Alatorre, que acusó a Egidio de ser parte del problema irresoluble del narcotráfico en Tamaulipas.
Porque no es fortuito que Torre Cantú haya llegado al extremo de rechazar el Plan de Gobierno en la Seguridad, (para la pacificación de Tamaulipas), etiquetado por la Federación con 81 millones de pesos y cuyo enfoque estaba dirigido a combatir la ola de violencia, secuestros e inseguridad que sacuden al estado, expuso la denunciante.
Pero mientras Egidio los rechazó como si no urgieran, en Nuevo León sí le sacaron provecho y abatieron el índice de violencia a baja escala lo que habla de la voluntad y capacidad de un gobierno que sí cumple con sus ciudadanos.
Fue así como la iniciativa privada neoleonesa también se hizo participativa con aportaciones adicionales que reforzaron las cruzadas anti-violencia que lo revirtieron exitosamente.
Son los contrastes entre dos estados vecinos pero con gobiernos disímbolos: el de Tamaulipas que se entregó a los cárteles de la droga y el de Nuevo León que tejió alianzas con la sociedad para devolverle su paz y tranquilidad, necesarias para recobrar la confianza, credibilidad y prosperidad económica, anheladas.
Ejemplificó que en Nuevo León el gobierno trabaja del lado de los gobernados para reforzar los fondos destinados en el combate a la delincuencia e inseguridad, logrando los fines deseados.
En cambio en Tamaulipas se devolvieron los recursos etiquetados para ese tenor debido a que Egidio no presentó los proyectos solicitados por la Federación, robusteciendo también con ello su ineptitud como gobernante.
Debido a la ineficacia de las autoridades para combatir los focos de violencia, Nuevo Laredo cayó en una profunda depresión, ´´…la gente se duerme…se evade ya sea porque le mataron a un hijo, al marido o algún otro familiar´´, prosigue Vázquez Alatorre.
