SE ARMAN PASAJEROS Y MATAN A ASALTANTES
Antes de abordar el autobús Luis esconde su dinero y teléfono en lugares impensables, por si acaso. También esconde su miedo, que desde hace tiempo es su compañero en el transporte público.
Los frecuentes y cada vez más violentos asaltos a bordo de unidades del transporte público atemorizan a los pasajeros, que en casos extremos se han convertido en vengadores anónimos y con armas de fuego enfrentan a los delincuentes.
Eran las 7:30 horas del pasado 6 de julio. Tres jóvenes abordaron en avenida Reyes Heroles, a la altura de Tequexquináhuac, Tlalnepantla, un autobús procedente de Coyotepec y con destino al Metro Politécnico.
Segundos después uno de los muchachos amagó al chofer de la unidad y los otros dos empezaron a despojar de sus pertenencias a los pasajeros. Pero un usuario en lugar de sacar su cartera y teléfono sacó un arma de fuego, con la que sorprendió a los tres jóvenes. El chofer detuvo el vehículo unos dos kilómetros adelante, a la altura de Tabla Honda.
“Los tres asaltantes se subieron en Tequex, cuando empezaron a quitar las cosas uno de los pasajeros empezó a disparar y uno de los asaltantes quedó muerto en el camión. El otro murió en el hospital y el tercero está gravemente herido. Tengan mucho cuidado en esta ruta. Lamentablemente no todos los pasajeros fueron a denunciar”, relató una pasajera.
El vengador anónimo bajó del camión. Nadie intentó detenerlo y rápidamente se alejó, antes de que llegara la policía.
El pasado 3 de julio cuatro hombres, dos de ellos vestidos de traje, asaltaron a los pasajeros de un autobús que salió de Ciudad Labor, Tultitlán, y se dirigía a Metro Tacuba. Subieron en avenida Gustavo Baz a la altura de la Ygriega, en Cuautitlán Izcalli, y bajaron un kilómetro adelante, en la entrada del relleno sanitario de Tlalnepantla. Uno de los usuarios se opuso y fue asesinado de un disparo en el pecho.
Los hombres abordaron ahí mismo otra unidad y también asaltaron a los pasajeros, aunque uno de ellos los enfrentó y lesionó de arma de fuego a uno de los delincuentes, que fue detenido. Los otros tres huyeron. El usuario también fue herido de bala y detenido. El autobús se detuvo en Periférico Norte, a la altura de Valle Dorado.
Líderes transportistas del Estado de México aseguraron que el año pasado alrededor de 100 conductores fueron asesinados o heridos durante asaltos a las unidades.
En Naucalpan autoridades municipales aseguran que diariamente registran unos 20 asaltos en el transporte público, todos con violencia.
Jefes policiacos del valle de México afirman que la mayoría de asaltantes son jóvenes, incluso menores de edad, y cada vez participan más mujeres en los atracos.
El pasado 15 enero el conductor de un autobús del transporte público fue asesinado en la carretera Naucalpan-Toluca y dos pasajeros fueron heridos de bala, por resistirse a un asalto.
Una usuaria del transporte público preguntó a la policía, durante un operativo en la autopista México-Querétaro, si podría llevar arma de fuego para defenderse de los asaltantes. “No señora, no puede hacer eso”, le dijo un policía. “Entonces vigilen más”, le pidió la mujer.
Periférico Norte y su continuación la autopista México-Querétaro constituyen uno de los derroteros más peligrosos, debido a los frecuentes asaltos a unidades del transporte público.
También lo son la vía Gustavo Baz y su continuación la vía López Portillo, la autopista a Pachuca, en su tramo del Distrito Federal a Tecámac, y las carreteras Tlalnepantla-Cuautitlán y Cuautitlán-Melchor Ocampo.
La parada de “El Horno”, en avenida de Los Maestros, que comunica Tlalnepantla con Atizapán, es utilizada por bandas de asaltantes, quienes suben o descienden en el lugar, donde se pierden entre sus calles. También la carretera Atizapán-Nicolás Romero es preferida de los ladrones, al igual que la carretera Naucalpan-Toluca, donde se han registrado sangrientos atracos.
Autoridades del estado de México piden calma a los usuarios del transporte público, ya que supuestamente realizan esfuerzos para combatir este delito. Sin embargo, los pasajeros consideran que los dejan solos en los trayectos, lo que es aprovechado por los delincuentes.