________Tintero________
Por Francisco Pucheta González
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13 de Junio de 2016
En Nuevo Laredo, en donde se cometen más de 200 atropellos a la ley por minuto ´´no hay delitos que perseguir´´ pues desde que se implementaron los juicios orales hace 6 meses (4 de diciembre de 2015), solo se ventilan dos casos de índole intrafamiliar en los juzgados penales.
Pese al cúmulo de casos que a diario se ventilan en las bitácoras de las fiscalías estatales y federales, en su mayoría ligadas a temas del narco, secuestros, cobros de ´´derecho de piso´´, robos y asaltos con agravantes, el estatus de la ciudad no se altera.
Por si fuera poco, el 18 de junio se implanta el sistema penal acusatorio en todo el país sin que hasta el momento el gobierno federal haya sido capaz de preparar y dotar de los medios necesarios a las instituciones responsables de la aplicación de las reformas que entrarán en vigor, pues ni siquiera se disponen de salas apropiadas.
El abogado penalista Roberto Rodríguez Chávez, afirmó que otro problema es que no hay juzgado en materia federal en Nuevo Laredo debido y que los Tribunales de Juicios Orales más próximos se establecieron en Reynosa y Saltillo.
Enfatizó que en la sintomatología de la sociedad hay la presunción de que no se avanza nada, ven con excepticismo los cambios operados en los códigos legales y tampoco creen en que los infractores de la ley algún día lleguen a pisar la cárcel.
Insiste que con la reforma de 2008 se modificaron los sistemas de aplicación de la justicia y aunque la intención es modernizarla, ´´la gente se da cuenta que cuando agarran a un presunto delincuente más tardan en someterlo que en darle su libertad´´.
Comentó que la sociedad no está preparada para los cambios que se hicieron y que por eso la turba cuando se lo propone ejerce acciones equivocadas como por ejemplo el linchamiento de un presunto violador ocurrido apenas esta semana.
Manifestó que las reformas que entrarán en práctica son copia del Derecho Chileno y una réplica del colombiano, pero advierte que la aplicación en sí del sistema, es a ciegas porque el Estado mexicano no prepara a la sociedad lo cual hace nugatorios los propósitos que se persiguen, de actualizar la aplicación de la justicia en el país.
