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Madres adolecentes

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Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Los titulares de la prensa nacional, estatal y local en los últimos tres años han publicado la escandalosa estadística de madres solteras que lejos de disminuir en el número de casos por año, aumenta. Irónicamente le comento que esto es una preocupación gubernamental por el número de becas.

Algo peor, es que si hasta hace tres años la edad mínima registrada para los embarazos era 13 años, los números han disminuido hasta 4 años menos y nos encontramos con niñas que a los 9 años de edad ya se han convertido en madres.
Desde luego que es necesario distinguir el embarazo voluntario del producto de una violación o abuso sexual de los adultos.
En forma personal, soy de los que lamentan la maternidad a edad temprana, porque creo en la incapacidad de la madre para educar y sostener a un hijo por muchos motivos, principalmente la madurez psicológica y la incapacidad financiera.
El presente espacio tiene como fin la reflexión de este hecho y como crítica a los padres de familia de ésos niños-adolescentes que motivados por diferentes causas, llegan a las relaciones sexuales y como consecuencia, el embarazo y el parto.
Inobjetablemente somos los papás quienes de una forma u otra, inducimos a nuestros hijos para que se equivoquen en la práctica de relaciones sexuales y por consecuencia un embarazo.
Que quede claro: No estoy hablando de un embarazo temprano, estoy hablado de un embarazo como consecuencia de la práctica de relaciones sexuales tempranas.

Usted lo sabe como yo, es frecuente escuchar a las madres, principalmente, decir a otras mamás, que su niño o niña -según sea el caso- es novio (a) de una niña (o) y lo celebran incluso con bromas delante de los infantes.
Hay mamás que van más allá, cuando incitan a los niños hasta que se besen y desde luego que elogian y se regocijan cuando sucede.

También es cierto que cuando uno de los pequeñitos se niegue, entonces son las mamás quienes los motivan para forzar la situación.

Sorprendido, pero que corrobora mi teoría sobre la responsabilidad paterna, leí en la revista “TV Notas” No. 871 de este mes de agosto y con el título de “¡Alivianda! Violeta Isfel feliz de que su hijo -9 años- y la “actricita” Marijo Mariscal -7 años- sigan de novios: ‘Su amor es lo más puro y lindo del mundo”.

Escrito por Martha Rivera con fotos de Alejandro Pasos, el artículo dice que la madre del pequeño Omar -el “novio”-, es la también actriz Violeta Isfel (defeña de 28 años de edad), conocida por su participación en diversas telenovelas.
La reportera de “TV Notas” asegura que Violeta Isfel declaró que el niño con sus “domingos” le quiere comprar regalos a su “novia” y además “…le escribe cartitas” dijo la mamá.

Quizá valga decir que en una indagación sobre la mamá del “niño-galán” -Violeta Isfel- resulta que es hija de un matrimonio que trabajaba en funciones infantiles, siendo Violeta y su hermana, las que participaban en los intermedios imitando a cantantes y bailando. Violeta Isfel fue madre a los 17 años.

La “novia”, Marijo Mariscal -nacida en 2006-, es hija de la también actriz Paola Archer y ha trabajado en distintas telenovelas bajo la producción de Juan Osorio, aquél ex esposo de Miurka, una encueratríz cubana.
La “actricita” al ser cuestionada sobre el tema de los novios, declaró a la revista: “Él es el mejor de mis novios… de todos los novios que he tenido es el mejor… es guapo, amable y con bonito corazón. Dice que se quiere casar conmigo de grande y yo también me quiero casar con él.”

Este tema del noviazgo entre estos dos pequeños actores ha sido tema de muchos análisis y hasta disputas no por lo delicado del tema, sino por los dichos, aunque tristemente las mamás de los “novios” aceptan la relación de sus hijos.
La televisión mexicana, para mi gusto, ha tenido una enorme responsabilidad al exhibir escenas muy subidas de color en horarios vespertinos y lamentablemente los papás no han sabido -ni creo les interese de momento- aceptar su responsabilidad frente al televisor.

Finalmente le comento que de este mismo sitio editorial rescato que el compromiso de los papás para ver la televisión con sus hijos comprende : A- La selección de programas; B- El análisis del contenido y C- El tiempo que se debe pasar frente al aparato.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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