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Hacer realidad los principios de la Constitución para apuntalar un Estado democrático alejado del populismo y el autoritarismo: Zambrano Grijalva

Querétaro, Qro., a 5 de febrero de 2016.

No. 0900

· Reconoció avances en derechos sociales, pero advirtió que prevalecen desigualdad, pobreza, falta de oportunidades e índices de corrupción e impunidad

Jesús Zambrano Grijalva, presidente de la Cámara de Diputados, afirmó que México requiere que todos hagamos realidad los principios establecidos en la Carta Magna, para tener un verdadero Estado democrático, social y de derecho, más seguro y habitable para todas y todos, alejado del populismo y del autoritarismo como salida a los problemas.

Refrendó, en este sentido, su postura en el sentido de hacer una reforma de la Carta Magna sin afectar, dijo, los preceptos y principios fundacionales vigentes. Reiteró que nuestro sistema político se debe armonizar y actualizar con los contrapesos reales y la división de poderes que tenemos, y plasmarlos más claramente en la Constitución.

“La mejor manera de honrar a los Constituyentes de 1917 es tener una visión de Estado para diseñar la Constitución del siglo XXI. Un nuevo pacto social y político, para que la democracia se haga realidad como un modelo de vida para todas y todos”, aseveró.

Durante su mensaje en la ceremonia por el 99 Aniversario de la Promulgación de la Constitución Política de 1917, encabezada por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, Zambrano Grijalva se pronunció por conciliar la vida real y el equilibrio de poderes que tenemos como resultado de una mayor competencia política y una pluralidad que llegó para quedarse, con el texto constitucional.

A 99 años de la promulgación de la Constitución que hoy nos rige y en el año víspera de su centenario, añadió, estamos obligados a reconocer que en múltiples ocasiones ha sido modificada para incorporar cambios profundos y esenciales que han recogido reclamos de nuevos derechos de la sociedad. Se han logrado reformas que han significado “verdaderas revoluciones pacíficas, progresistas, garantistas, congruentes con las aspiraciones de los revolucionarios constituyentes del 17”.

Especialmente, ejemplificó, el derecho de las mujeres al voto, la ampliación de los derechos humanos, de libertades políticas e individuales que han propiciado una mayor competencia política y una verdadera pluralidad. También, agregó, la transparencia y la rendición de cuentas y, como resultado de ello, se construyeron nuevas instituciones para hacerlos realidad.

En contraparte, refirió Zambrano Grijalva, ha habido importantes reformas que han contravenido el sentido profundo de los principios fundacionales establecidos en la Constitución del 17, particularmente al artículo 27 relacionados con la propiedad social de la tierra y la propiedad de la nación sobre sus productos energéticos, así como al artículo 123 relacionado con los derechos de los trabajadores.

Han sido, sostuvo, reformas altamente controvertidas, y que no se dieron sobre la base de consensos entre las principales fuerzas políticas del país.

Este es el debate principal que se está dando y se dará en el año víspera del centenario de la Constitución, estimó.

El legislador federal subrayó que siguen vigentes los principios sociales de la Revolución plasmados en la Constitución: la democracia como modelo de vida; el derecho a la alimentación; a la educación pública gratuita; al trabajo; al salario mínimo; a la justicia; a la libertad de culto; la prohibición de monopolios, y seguimos luchando por incorporar nuevos derechos sociales, pero aún no se hacen realidad a cabalidad los ya plasmados en ella.

En lo político, dijo, hemos avanzado mucho en derechos sociales e individuales, pero debe reconocerse que seguimos teniendo grandes déficits en los hechos, como: rezagos sociales; desigualdad y pobreza; falta de oportunidades suficientes para las nuevas generaciones; reconocidos índices de corrupción e impunidad, y graves problemas de inseguridad.

Ante toda esta nueva realidad, convocó, “prefiramos la ley a la violencia; la estabilidad y la continuidad constitucional, al desamparo de la inseguridad”.

“Nuestra ley fundamental ha constituido un proyecto de nación basado en la libertad, la democracia y la justicia social. Un verdadero liberalismo social”, concluyó.

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