Esperan que el frío aumente cantidad de personas en el refugio municipal
Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA
-Hay 66 hasta el momento, pero aumentará el fin de semana.
Nuevo Laredo, Tamaulipas.-El fuerte frío que desde el domingo se siente en la ciudad, obliga al personal del refugio municipal para indigentes a prepararse para recibir a una cantidad considerable de personas que requieren de apoyo, dijo la auxiliar administrativa del refugio, de nombre Hilda.
Este albergue, ubicado en las calles Juárez y Madero, a una cuadra de la presidencia municipal, tiene capacidad para brindar apoyo a unas 100 personas, aunque hasta el lunes 28 de diciembre mantenía a 66 personas, de las que 8 son mujeres.
Sin embargo, a pesar de fuerte frío que ya se siente en la región, la cantidad de personas no aumenta, pero estimó la responsable del lugar que conforme baje la temperatura y se mantenga así durante días, el número de personas aumentará de manera importante, “pero tenemos recursos para atenderlos”, dijo.
Hasta el momento, las 66 personas son las mismas desde hace dos semanas, las que permanecen en el refugio por espacio de dos semanas, hasta que se van porque hay un reglamento que así lo indica, según mencionó Hilda.
“Pero siempre por esta temporada tenemos arriba de 125 personas y hasta 130, pero la capacidad es para 150, y aún tenemos capacidad”, explicó.
En este refugio a quienes ingresan por diferentes motivos, se les ofrece al momento de ingresar, techo, un colchón para dormir, cobijas, ropa limpia y las tres comidas diarias, pero aquí solo pueden estar hasta 15 días, y ellos se van porque se les ofrece un reglamento.
Se trata en su mayoría de indigentes, ya que suman 30, pero también hay 15 adultos mayores y 8 psiquiátricos, pero no hay enfermos que requieran de una atención permanente, aunque en el lugar hay un enfermero que auxilia al personal con las personas que enferman o que llegan enfermas, y son atendidos por el área de Servicios Médicos Municipales, pero si requieren de hospitalización, se envían al hospital general.
Cuando el frío es extremo, los empelados prenden fuego en un enorme asador al que le colocan leña, y en el que preparan la comida, ya que quienes reciben esta ayuda, cooperan recogiendo o buscando leña para alimentar el enorme fogón que sirva a le vez, de calentador.