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ANECDOTARIO.

LOS ABOGADOS.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.

Ellos son letrados de oficio y su trabajo es solo valorado por aquellos a los que defienden y que ven en su labor la tablita de salvación que se sacude en el inmenso océano.
Casi, ellos, pasan desapercibidos para los medios los que apenas si les dedican unas líneas, toda vez que han sido hábiles para no permitir que esa contaminación que vende y que coquetea con el escándalo, los arrastre como sucede con algunos políticos que se ponen de pechito y que hasta disfrutan de la carnicería cuando capitalizan cada una de sus frases en los discursos.
Hoy, una nueva camada de legistas le da lustre al Colegio de Abogados de Ciudad Victoria, Tamaulipas, del cual han formado parte defensores que son bien recordados por ese gremio y por la sociedad tamaulipeca, porque su legado de verticalidad, de justicia y de imparcialidad no se escurre como sucede con al agua entre los dedos.
Uno de ellos es Don Juan Guerrero Villarreal, dos veces presidente de ese organismo, quien fue un hombre letrado, visionario, justo y soñador, porque desde su lugar siempre procuro que la palabra igualdad marcara su valor en cada una de las letras.
Con Don Juan tuve la oportunidad de trabajar media década en un periódico local y de él solo puedo hablar cosas buenas porque era un hombre sabio, sin dobleces, sin poses que aburren, que abruman, un señorón que no era proclive al alabo, pero que sabia reconocer cuando alguien funcionaba bien, más aun cuando viajaba en su mismo vagón.
Al igual que él muchos han presidido este colegio, en el que a pesar de que hay integrantes que comulgan con las más variadas corrientes ideológicas siempre se ha mantenido la hermandad, porque saben, bien que saben, que la unión hace la fuerza en cualquier lugar y en cualquier gremio.
Es así como el Colegio de Abogados de Ciudad Victoria ya tiene un nuevo presidente en la persona de Juan Carlos Soto García, un profesionista que apenas rebasa los 40 años de edad, pero que con base a su esfuerzo, su seriedad y su verticalidad se ha ganado el afecto de quienes forman parte de esa respetada organización.
Soto García recibió el “si” sin problemas, no obstante de que en la boleta que circuló para la elección aparecía un espacio en blanco para que se registraran más prospectos, lo cual no sucedió.
El abogado se fue por la libre en un proceso abierto y democrático, lo que significa que trabajara bien en grupo, con el apoyo de aquellos que creen en él y en su visión para que el organismo conserve el prestigio que ha ido tejiendo a lo largo del camino.
En el periodo 2016 y 2017 Soto García será acompañado por Oscar Javier Orozco Caudalosa, como vicepresidente, por Gerardo Rodríguez Granado, como secretario, por Paola Gómez Ugalde, como tesorera y por Andrés Muñoz Magaña, Flavio Tovar Tijerina y Jorge Alberto García Garcés, primero, segundo y tercer vocal, respectivamente.
La Comisión de Honor y Justicia la integran los abogados Eduardo Rendón López, Miguel Enrique Martínez Leal, el amigo Ernesto Meléndez Cantú,- mi ex compañero de secundaria- Javier Valdez Perales y Rodolfo Compeán Izaguirre.
Este proceso que le abre la puerta a jóvenes trabajadores de la abogacía fue presidido por Antonio Carlos Salazar Mercado, Carlos Alfredo Ramírez Romero y por el Secretario del Consejo Directivo, el también buen camarada Marte Rodolfo Vanoye Carmona.
Un cariñito periodístico de vez en cuando les hace bien.
En hora buena, a todos ellos.

Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.com

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