En la última década, producción de maíz, frijol y trigo se incrementó, pero la superficie cultivable disminuyó: Sagarpa
México, D. F., a 27 de noviembre de 2015.
No. 0573
· Informó a diputados que para 2018, se busca producir el 75 por ciento de la oferta total de granos básicos y oleaginosas
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) informó a la Cámara de Diputados que en la última década la producción de los principales granos como maíz, frijol y trigo se ha incrementado en 11 por ciento; sin embargo, la superficie cultivable ha disminuido en 8 por ciento.
Esto significa que la productividad por hectárea se ha aumentado, haciendo más eficiente la producción sin necesidad de ampliar la frontera agrícola.
Destacó que la tierra cultivable como factor estratégico de producción asciende a alrededor de 26 millones de hectáreas; anualmente se cultivan en promedio 22 millones, de las cuales 26 por ciento cuenta con riego y el 74 por ciento es de temporal.
En el documento publicado en la Gaceta Parlamentaria, la Sagarpa argumentó que desde hace varios años se impulsa el aprovechamiento y uso sustentable del suelo y agua a través de los componentes de bioenergía y sustentabilidad, tecnificación del riego y modernización de la agricultura tradicional en donde se contemplan conceptos de apoyo a producción y uso de abonos orgánicos, bioinsumos, sistemas de riego tecnificados, drenaje en terrenos y agricultura de conservación.
Indicó que en el Programa Sectorial 2013-2018 se elaboró un diagnóstico completo del sector agropecuario, definiendo las necesidades y estrategias para su atención.
Desde la perspectiva del programa, el concepto de seguridad alimentaria incluye también el criterio de un coeficiente aceptable de la producción nacional de granos básicos y oleaginosas, dadas las características de volatilidad de precios y abasto del mercado mundial que aumentan la vulnerabilidad y dependencia del exterior.
Por ello, se plantea como meta, para el 2018, producir el 75 por ciento de la oferta total de los granos básicos y oleaginosas como el maíz, frijol, trigo, sorgo, arroz y soya, con la finalidad de estar en posibilidades de atender la pobreza rural y carencia alimentaría.
La dependencia puntualizó que el diseño de los programas y componentes a cargo de las diferentes unidades responsables de esta dependencia, en complemento a las políticas públicas específicas del gobierno federal en la materia, como el programa Sin Hambre, aportan los elementos para apoyar a los productores a que mejoren sus niveles de producción, productividad y, por tanto, calidad de vida.
Resaltó que la producción total del sector agrícola se ha incrementado en los últimos años. Prueba de ello es que la producción total agrícola fue de 376.9 millones de toneladas durante el año 2000; de 632.1 millones en 2012, y de 649.2 millones de toneladas en 2013 entre productos alimenticios, forrajes, industriales y otros, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Esa es la respuesta que la Sagarpa dio a un acuerdo de la Cámara de Diputados, aprobado el pasado 21 de octubre, donde se le solicitó implementar una estrategia integral que permita recuperar la producción total del sector agrícola, ya que significa un elemento preponderante para romper el ciclo de la pobreza rural y la carencia alimentaria.
Los legisladores expusieron que el sector alimentario y el agrícola ofrecen soluciones clave para el desarrollo y son vitales para eliminar el hambre y la pobreza. Agregaron que la agricultura es el sector que más empleo produce en el mundo, suministrando la forma de vida del 40 por ciento de la población mundial; es la mayor fuente de ingresos y trabajo en los hogares pobres rurales.
Para 2030 se tiene previsto poner fin al hambre y a todas las formas de malnutrición, al duplicar la productividad agrícola siempre teniendo presente la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos.
Resaltaron que en el país hay más de 7 millones de personas que pasaban hambre, pero con la Cruzada Nacional contra el Hambre y el programa Prospera, se han producido avances importantes.
Por ejemplo, 4.3 millones de personas reciben ayuda del programa Cruzada contra el Hambre; 4 mil 300 comedores comunitarios atienden a más de 430 mil personas, y más de 730 mil familias cuentan con la llamada tarjeta Sin Hambre que les permite adquirir productos básicos a precios preferenciales.
Con esas acciones y de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), México es uno de los 72 países que alcanzaron la meta para reducir el hambre del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio. Además, el gobierno mexicano se manifestó por fortalecer el sector agroalimentario, ya que tiene una importante dimensión social, pues da empleo a 6.5 millones de personas: 1 de cada 5 mexicanos vive en el campo.
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