Política

De día, primer damo del DIF; de noche, dueño y señor de la zona de tolerancia

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

De tanto y tanto presenciar actos delictivos, de ver en las noticias como se matan unos a otros y como desaparece gente todos los días, llegamos a un estado de indiferencia, de darnos igual si alguien se murió, si lo asaltaron, si lo secuestraron, etcetera.

Nos pasa en la ciudad de Reynosa, al mando aun de los Peña Ortiz, y digo aun porque tienen desde el 2016 que Maki se aventó de la mano de Cabeza de Vaca, alcaldesa y gobernador respectivamente y la sucedió su hijo Carlos, pero nada más de nombre, porque la que sigue mandando es la mamá; donde la delincuencia está a la orden del día, donde estamos en un punto en el que, todo lo que pasa ya se nos hace normal al ser pan de cada día, donde si algun medio recalca los errores de algun gobernante, ya nadie les hace caso e incluso los tachan de ser pagados por grupos opositores a la administración actual por decir la verdad.

Pero no se puede tapar el sol con un dedo, la situación que se vive independientemente de la ingobernabilidad que acongoja actualmente a la ciudad de Reynosa, no es de hace un mes, ni de un año, es de más de 10 años.

Disneylandia de los pervertidos

La zona roja o zona de tolerancia como algunos le llaman, es un lugar propiedad de esta perversa familia, que no ha sido más que un calabozo lleno de dolor y angustia para las personas que ahí prestan servicios sexuales, consensuados y no consensuados. Esto no es nuevo, años y años que personas han pasado por este lugar en su camino al sueño americano. Pero ¿Quiénes son los dueños de este lugar? Nada más y nada menos que la familia Peña Ortiz, quien, acorralada por un medio nacional, la ex alcaldesa reconoció que parte de los terrenos eran de su esposo, el señor Carlos Peña Garza, producto de una herencia, al menos eso dijo; otra parte pertenece a dos hermanos de este individuo.

De día, el primer damo del DIF y de noche en lo oscurito, un perverso dueño de cuarterías y bares de mala muerte en donde se realiza prostitución, drogadicción, tal vez hasta trata de personas y quien sabe que más junto con sus hermanos. Lo que si estoy seguro, es que, desde que salió a la luz pública esta noticia, el señor Carlos no ha movido un solo dedo ni siquiera para disculparse por los actos delictivos que ahí se han efectuado, el sufrimiento que, en cada cuarto se ha vivido. Muchos se preguntarán porque no vende la parte de donde es dueño y así se quita de encima el escándalo que traen sobre de ellos. Una de dos, o las utilidades que este lugar deja son muy jugosas o, al señor le gusta presenciar o ser parte de toda esta organización de padrotes que no les importa la vida ni la dignidad de nadie.

Los números

Son 3 mil 900 metros cuadrados donde Carlos Peña Garza es dueño; para darse una idea de las dimensiones de las que esta familia es dueño, vamos a convertirlos a casas de infonavit, donde por más mínimo una casita mide 36 metros cuadrados. Haciendo la operación correspondiente, en el terreno del ex primer damo, caben 108 casas de infonavit; una extensión territorial muy considerable. ¿Ahora entiende el por qué no suelta los terrenos, aunque su reputación y moral a estas alturas esté por los suelos?

Aunado a eso, existe solo un acceso, ya que el perímetro de este lugar está bardeado, donde funcionarios MUNICIPALES cobran la entrada a los visitantes, dinero que va a las arcas del ayuntamiento; un negocio redondo donde se gana por donde le veas, la cuota de acceso, la renta de los cuartos propiedad de la familia Peña Ortiz, bares donde se vende alcohol y un largo etcétera. Todo eso a costa del sufrimiento de familias enteras, niños, niñas y bebés que lo único que quieren es un futuro mejor.

Solo les faltan las cadenas

Como si viviéramos en los tiempos donde esclavizaban a la gente de color, no contentos con orillar a los migrantes a prostituirse para obtener comida y vivienda, ahora los traen trabajando de a gratis, limpiando las calles de Reynosa, y hasta lo publican en redes sociales como si fuera algo para estar orgulloso; no se me vayan a cansar los de servicios primarios, que ellos son los que deben hacer ese trabajo y por el cual se les paga; pero eso sí, les llega la nómina completa.

A Carlos Peña Garza ni a su familia les importa lo que piensen sobre ellos, quedó demostrado, mientras estén haciendo una fortuna en el gobierno y en los terrenos de la zona de tolerancia; donde sea, pero ellos quieren vivir como reyes así tengan que ser partícipes en la prostitución y explotación de migrantes.

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