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Raúl Hernández Moreno
Agosto 20
Salió respondón el nuevo dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya y contra todos los pronósticos periodísticos no designará a Gustavo Madero como el coordinador de los diputados federales, sino a Marko Cortés, nativo de Michoacán, donde ya ha sido diputado federal en dos ocasiones, senador y candidato a la alcaldía de Morelia.
Con esta decisión, que será ratificada la próxima semana, durante una sesión plenaria que tendrá Anaya con los 108 diputados federales del PAN, el dirigente panista envía el mensaje, a propios y extraños, de qué será él quien toma las decisiones en el partido, que será él quien acierte o se equivoque, y no otro.
Con la designación de Marko Cortés, Anaya se empieza a quitar la imagen de que sería un simple pelele de Madero, quien es el culpable de que en los últimos años el PAN se convirtiera en caja de resonancia del PRI. En estos últimos años, cobró fuerza ese grito de protesta de los opositores, por la complicidad del “PRIAN”.
En medio de todo esto, el ex dirigente municipal del PAN, Eliseo Raúl Huerta, hizo pública su sospecha de que hubo fraude en las elecciones del domingo 16 aquí en Nuevo Laredo, con las elecciones internas en las que Ricardo Anaya le gano a Javier Corral.
Hasta las 13.00 horas del domingo habían votado 179 militantes en la elección y de esa hora hasta las cinco de la tarde, en que se cerró la votación habrían votado otras 362 para un total de 541. Huerta no cree que en cuatro horas hayan votado 362 panistas, porque nunca hubo filas de militantes esperando su turno.
Esta no es una simple sospecha de Huerta. El representante del Comité Directivo Estatal para la elección, Darío Vázquez presentó un reporte a sus superiores, denunciando el presunto fraude.
Darío fue obligado a retirarse del Centro de Votación, después de la una de la tarde, cuando habían votado 179 y se salió al patio de las instalaciones del Comité Municipal del PAN. A eso de las cinco de la tarde, su presencia no fue tolerada ni en el patio y de plano, cual chacha, lo sacaron de las instalaciones, junto con el abogado Rubén Cárdenas.
Y mientras él estaba afuera, en el Centro de Votación se contaron los votos, sin que hubiese representante de Javier Corral. Además, da la casualidad de que la mesa de casilla fue presidida por Patricia Ferrara y el representante de Ricardo Anaya, fue Ernesto Ferrara. No hubo, pues, quien vigilara que el conteo fuese real.
Por si todo esto fuera poco, ya se hizo una revisión al azar y se detecto que militantes que aparecen en el padrón y que presuntamente votaron, ni siquiera fueron a votar.
¿Fraude entre panistas? Puede ser.
¿Para qué hacer un fraude? Para demostrarle al senador Francisco García Cabeza de Vaca y César Verastegui, que el panismo de Nuevo Laredo es fuerte y está organizado.
El fraude demostraría que no hay tal organización, porque mover a 662 militantes no representaba ningún problema, porque la disidencia representa no más de 35 votos y casualmente la disidencia voto por Ricardo Anaya, con la excepción del grupo del ex regidor Juan Manuel Ramos Ortega, quien está molesto porque el senador no lo invito a la reciente reunión en su rancho. Ramos representa algo así como ocho votos.
