La insegura y peligrosa ciudad de Nuevo Laredo
Por Francisco Pucheta González
Tenían diez años de no cruzar a Nuevo Laredo por temor a la inseguridad y el domingo 19 de julio a las 10 de la mañana trataron de romper esa jetatura viniendo desde Laredo, Texas en su propio vehículo para comer y de paso realizar algunas compras.
Pero ¡oh sorpresa!, el matrimonio Salas se llevó el susto y coraje de su vida cuando en pleno centro de la ciudad su vehículo de reciente modelo fue impactado en el costado derecho por otro que trató de rebasarlos.
La unidad motriz de los turistas sufrió un tallón que aboyó las puertas, rompió el espejo retrovisor e hizo añicos las luces y el ring traseros. Los daños son cuantiosos pero afortunadamente no hubo heridos.
El responsable del daño, un sujeto joven y tatuado frenó e hizo la fina como que iba a descender del auto gris con rojo, sin placas de circulación, pero en vez de bajar reemprendió la marcha con brusquedad y huyó cobardemente.
Los hechos sucedieron a la altura de la calle Hidalgo, entre Leandro Valle y Aquiles Serdán, cuando circulaban de oriente a poniente luego de ingresar por el Puente Juárez-Lincoln. Su intención era visitar el mercado y luego ir a un restaurante cercano.
A pesar del golpe seco y el ruido de la enfrenada nadie les brindó auxilio y horrorizado la pareja laredense regresó por donde vinieron y juraron no regresar a Nuevo Laredo por el resto de sus vidas.
El causante del accidente seguramente fue uno de tantos cafres que merodean en las calles y avenidas adyacentes a los puentes internacionales, que se estacionan en doble fila, en zonas restringidas o bloquean portones y calles sin que autoridad alguna haga algo por frenarlos. Son unidades automotrices sospechosas, con rastros de haber sido colisionadas y sin placas de circulación que ocupan las calles y avenidas cercanas a los cruces internacionales.
La simulación de las fuerzas combinadas de seguridad (federal y estatal), se hace patente con las infracciones que diariamente cometen los delincuentes sin que nadie los detenga