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Raúl Hernández Moreno.
Julio 7
El fin de semana, el senador Francisco García Cabeza de Vaca convocó a alrededor de 200 panistas de toda la entidad, en su rancho ubicado en Soto la Marina.
Fue un magnífico anfitrión, además de que para los invitados se sirvió un banquete que incluyó salpicón, jaibas, langostinos, ceviche, paella, carne asada.
La convivencia tuvo como tema central la elección que viene. El senador les pidió a los asistentes, todos ellos simpatizantes de su proyecto para el 2016, mantenerse unidos y no bajar la guardia en los próximos meses. Lo anima la llegada al CEN del PAN de su amigo, Ricardo Anaya, pero también les habría dicho que la batalla del 2016 no será un pic nic, como hasta hace algunos meses pensaban muchos panistas.
Si para alguien será difícil el 2016 es para el PAN. En las recientes elecciones, no solo perdió los ocho distritos, sino que de paso, quedó una diferencia de 210 mil votos entre el PRI y el PAN. 210 mil, son, valga la expresión, un chingo de votos.
De Nuevo Laredo estuvieron presentes Eliseo Raúl Huerta, Oscar Villa, Rubén Cárdenas, Claudia Pérez, Andrés Ortega, el diputado Salvador Rosas, acompañado de su hijo, y los comunicadores Fernando Fernández y Víctor Noguez.
Fuera de ellos, nadie más de Nuevo Laredo asistió, lo que en los siguientes días provocó escenas de malestar entre panistas que simpatizan con el proyecto cabecista, pero a los que no se les corrió la invitación para asistir.
En la convivencia también participaron varios diputados locales y federales, el alcalde de Mier, el presidente del Comité Directivo Estatal, César Verastegui Ostos, entre otros.
Cabeza de Vaca avanza con paso firme por la candidatura del PAN a la gubernatura de Tamaulipas. Es altamente probable que finalmente él resulte el candidato, pero de ahí a que tenga la elección ganada, hay mucha diferencia. La campaña del 2016 será difícil para el PRI, pero más lo será para el PAN.
Por otra parte, el doctor Lázaro Peña aclaró que no está interesado en ser candidato independiente a la presidencia municipal.
La versión le parece un buen puntacho, porque permitió que amigos y conocidos se comunicaran para preguntarle si eso era verdad, y eso de alguna manera lo hizo sentirse bien, pero insiste en que no tiene interés en buscar una candidatura como independiente.
A sus 80 años, el doctor Lázaro sigue activo en el ejercicio de su especialidad, anestesiólogo. También se entretiene, acompañando a su hijo, en el restaurante que tiene sobre la avenida Guerrero e Iturbide, a donde suele llevar a amigos y conocidos para que disfruten de una comida de mariscos y cerveza. Recién llevó al famoso bolero Juan Nieto, “El Mochilas” y sus dos compañeros de trabajo, quien en unos pocos minutos dieron cuenta de tres tinas de cerveza. ¡Traían sed!
