Por Cecilio Martínez Salazar 27 de Mayo de 2015
Dicen que hacer caso a tontos es engrandecer a ´´indejos´´ y por eso voy a referirme superficialmente a Juan Manuel Reyes Cruz y a su marioneta, como elementos ofensivos que se escudan en el noble oficio del periodista para delinquir y poner a cuota al que se deja, sea servidor público o no.
Son los mismos personajes dignos de lástima y compasión que no dejan de reconocer que el único color que ven en sus ojos ´´es el azul´´ en alusión a los embutes que reciben del Ayuntamiento local para que hablen bien de otro lángara igual que ellos como Carlos Canturosas, otro oportunista venido a menos.
Por eso nos llamó mucho la atención que personas con vendas en los ojos, que no saben discernir entre lo que es un periodista probo, capacitado, inteligente, objetivo y profesional en toda la extensión de la palabra y un mercachifles, tonto, centavero, descerebrado y mamón como el tal Reyes y su faldudo La Mariola que a partir de ahora tendrán que enfrentar una realidad triste, que solo corrobora aquella vieja tesis de que las cosas caen por su propio peso, porque ellos: ni son periodistas pero aprendices del oficio. Son dos acémilas que encontraron la manera de vivir de la dádiva o a regentearse como vulgares prostitutas pero sin ser periodistas, que conste.
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